En muchos de los colegios del municipio se han podido ver este jueves sillas vacías. Los padres de estos escolares tomaban la decisión de no mandarlos al colegio por “la incertidumbre de la huelga de autobuses”, según ha reconocido la concejal de Educación, Antonia Pérez, quien se ponía en su lugar: “No puedes dejar a tu hijo en una parada de autobús en una pedanía sin saber si lo va a recoger el autobús o no, por lo que muchos han optado por no llevarlos a clase”.

Unos diez mil niños tenían que volver a sus aulas este jueves, un día después que los del resto de la Región, por las fiestas patronales. De ellos, unos cuatro mil residen en pedanías. Muchos de ellos, que viven a más de 3,5 kilómetros de su centro escolar hacen uso del transporte para llegar a clase. La huelga ha sido desigual y en algunos centros se desconvocaba la noche anterior. “Es el caso de la empresa que lleva el transporte en el colegio de Ramonete. Pero era tarde para poder avisar a los padres, aunque se intentó por diversas formas, por lo que en ese centro muchos niños no han acudido a clase”, ha señalado Antonia Pérez.

Pero no solo en Ramonete han faltado escolares. La edil de Educación ha reconocido que “han faltado muchos niños” en otros centros de pedanías. La incidencia fundamental ha sido en la pedanía de Ramonete, ha destacado. Y entre las mayores preocupaciones estaba el colegio Pilar Soubrier de educación especial. “Afortunadamente no se ha visto afectado. Teníamos la incertidumbre del sí o del no, pero parece que la empresa finalmente se ha descolgado de la huelga”.

 

Obras en Campillo

El inicio del curso escolar ha coincidido con las obras en el aparcamiento del colegio de Campillo, según ha denunciado esta mañana el vice portavoz del Partido Popular, Ángel Meca, quien ha reclamado “el envío de una patrulla de la Policía Local para que regule el tráfico de entrada y salida de los alumnos”.

El edil se ha mostrado preocupado porque “se ha llegado a colapsar tanto el área de aparcamiento de los padres del colegio como la propia carretera que da acceso al centro educativo”. Y ha criticado la “negligente planificación” de las obras. “Fue adjudicada el pasado mes de abril, y tenía que haber finalizado en julio”. Pero además, las obras –ha insistido- provocarán que durante tres meses los padres pierdan el espacio que tienen para aparcar cuando dejan a sus hijos en clase.