Los cooperantes ciezanos Samuel Buitrago, José Ángel Martínez y Silvia Rodríguez regresaban recientemente de su viaje solidario por la sabana africana, en Tanzania. Durante más de dos semanas han trabajado codo con codo con la ONG italiana Shot Tanzania y su delegado allí, Mathew Lekoole, para ayudar a las familias de la aldea masái Black Stone, situada en las inmediaciones de Mto Wa Mbu (Arusha).

Hace dos años, Samuel y Silvia, con la ayuda de muchos ciezanos y personas solidarias que colaboraron en la ‘Gala Cieza x Tanzania’, construían en esta aldea una pequeña escuela de 50 metros cuadrados, «pero la crisis del covid y otros problemas imprevistos no permitieron que la escuelita se pusiese en marcha de forma adecuada, por lo que permaneció más de un año inactiva».

Sin embargo, «gracias nuevamente a la solidaridad de nuestros vecinos, la escuela Black Stone School Cieza ha podido reabrir sus puertas de forma renovada».

Para ello Samuel, José Ángel y Silvia han trabajado intensamente junto a las familias masáis: limpieza y pintado de la escuela, compra de un tanque de agua de 500 litros, adquisición del mobiliario para que el maestro pueda impartir sus clases, compra del material escolar básico y la construcción de dos aseos. 

Para completar el proyecto, que ya agotó los recursos económicos de este año, las madres de la aldea han iniciado la construcción de una ‘boma masái’, que servirá de cocina por el momento, hasta que pueda construirse una de obra.

Para asegurar la continuidad de la escuela se ha puesto en marcha un proyecto de apadrinamiento de la misma por parte de unas 13 personas, que aportarán mensualmente 10 euros y que incluirá el sueldo del maestro y desplazamiento hasta la zona del mismo. También para una cocinera, alimentos, agua, servicio periódico médico y aquellas necesidades básicas que precise la escuela, que dará cabida a unos 40 niños de entre tres y siete años, y que les ofrecerá la posibilidad de recibir todos los días clases de infantil en swahili e inglés, una taza de porrisch (papilla) y unas nociones básicas de higiene, «lo que permitirá prevenir muchos de los problemas asociados a la situación de pobreza extrema en la que viven las familias de la aldea», afirman.

Durante estos días, además, los cooperantes ciezanos han dedicado parte de su tiempo a otras acciones solidarias: llevando enfermos al hospital, alimentos a familias en situaciones de extrema pobreza; repartiendo ropa en un centro de acogida y aportando medicamentos a la farmacia social que la ONG Shot Tanzania tiene en la zona Masáide Barak.

Finalmente, Samuel, José Ángel y Silvia quieren agradecer todo al apoyo y cariño recibido por parte de personas anónimas de Cieza y de su entorno, que han querido colaborar en sus iniciativas, ya que, como ellos mismo manifiestan, «ese es el motor que nos impulsa a trabajar de forma solidaria con los más necesitados» y sin esa ayuda les sería imposible hacer todo lo que hacen.