La máxima preocupación de todos parece estos días, únicamente, la interrupción de los cercanías entre Lorca y Murcia durante la ejecución de las obras de la Alta Velocidad, pero las repercusiones van mucho más allá. El desenlace al traslado de viajeros que hacían uso del ferrocarril para ir a la capital está resuelto a través del autobús, pero surge un importante problema en Lorca al situarse la estación de autobuses al lado de la de Sutullena, de las vías del tren y de la Plaza de Carruajes, en pleno centro.

Las obras en la vía férrea harán casi impracticable el uso de la estación de autobuses a la que se accede por el paso a nivel de la Alameda de Cervantes. La supresión de este paso obligaría al tránsito de los buses por la avenida de Juan Carlos I, o en su defecto, por Jerónimo Santa Fe y Adolfo Suárez.

La situación se puede complicar más aún, porque la estación principal del ferrocarril se situará en el subsuelo de la Plaza de Carruajes, por lo que la maquinaria pesada para su construcción se verá obligada a compartir el mismo acceso que los autobuses.

Según el alcalde, Diego José Mateos, «habrá que tener en cuenta por dónde se va a iniciar el soterramiento, si por la zona de San Diego o por La Viña. Tendremos que escuchar a las empresas de los autobuses, para ver cuál de las dos opciones es más factible, por los accesos a la autovía, si por la zona de La Viña o Apolonia. Lo sabremos cuando conozcamos los ritmos y los plazos, pero evidentemente habrá bastantes meses en que no podrá funcionar la estación de autobuses actual».

Las obras del AVE podrían dejar partida en dos la ciudad, ya que, a excepción del paso a nivel de Santa Clara, el resto cruzan la vía en superficie. Los hay peatonales, los de las Alamedas de Ramón y Cajal y de la Constitución; y compartidos por vehículos y personas, como son los de la Alameda de Cervantes y Fajardo el Bravo. El que salva las vías a la altura de la estación de Sutullena, peatonal y para tráfico no pesado, no puede ser contemplado, ya que se sitúa en zona de afección, no solo por el soterramiento de las vías del tren, sino también por la construcción de la futura estación central.

Los actuales pasos a nivel que parten la ciudad en dos «van a desaparecer», ha destacado el alcalde, quien ha añadido que después, se creará «un gran cinturón verde», que irá desde San Diego hasta La Viña.

El proyecto de soterramiento está solo aprobado en cuanto a su estudio informativo. «Ahora se está redactando, y habrá que sentarse con técnicos municipales, de Policía Local... para que el soterramiento permita una permeabilidad, al menos parcial. Van a ser tres o cuatro años de inconvenientes; será muy complicado», ha contado Mateos.

Entre las mayores dificultades del proyecto está el soterramiento de la estación de Sutullena, ha dicho, pero también «qué hacemos con la estación de autobuses, con todas las conducciones de regantes que están en el subsuelo».

La que no desaparece es la vieja estación de Sutullena. Según el estudio informativo, se mantiene como un edificio administrativo. Los andenes de la nueva estación estarán soterrados. «Hay que levantar toda la Plaza de Carruajes. Estamos a la espera de esa solución técnica», ha admitido Diego José Mateos.

San José tuvo opciones de acoger la primera estación de tren

José María Musso y Pérez Valiente presidía la Corporación, y a punto de ser nombrado alcalde, se planteó «si la futura estación ha de estar en Sutullena o San José». No se veía claro este último enclave porque «había que desviar la vía kilómetro y medio o dos hacia el sur y ello supondría un nuevo expediente». Así lo relata en su artículo de 2018 ‘El ferrocarril. Las estaciones de San Diego y Sutullena’, del investigador lorquino José Joaquín Peñarrubia. En él, señala que las obras del ferrocarril se iniciaron el 29 de abril de 1884 y que se concluyeron el 28 de marzo de 1885. En esa fecha llegó el tren a San Diego. Siete años después lo haría a Sutullena. La expectación que creó el ferrocarril era tal que en 1893 hubo que prohibir «terminantemente la entrada al andén de la estación de Sutullena, a los que no llevaran billete».