Todas las despedidas son tristes, y esta no va a ser una excepción. Pero también la puedo considerar una liberación, por el acoso al que mi agrupación y yo hemos sido sometidos.

La agrupación de Ciudadanos Alcantarilla, de la que he sido coordinador el último año y medio, la forman en su mayoría personas que -sin recibir nada a cambio- han trabajado duro, quitándole tiempo a sus familias y a su tiempo con el fin de conseguir una Región de Murcia y una España mejor. Varias veces han confiado en mí para que les ayudase a llegar a buen puerto, y por ello no solo tienen mi admiración, sino también mi respeto.

Mis primeros roces con la dirección regional comenzaron cuando me presenté a compromisario, para conseguir una reforma estatutaria en la V Asamblea Nacional de Ciudadanos que contemplara que los afiliados tuvieran la oportunidad de elegir a sus líderes, además en una urna física para despejar cualquier duda de su legitimidad.

La campaña no fue honesta, ya que el sector oficialista -por supuesto, colmado de cargos públicos- apoyó con descaro, y utilizando en ocasiones las redes sociales de los órganos del Gobierno Regional, al sector del partido afín. También se utilizaron grupos de mensajería oficiales del partido para publicitar las candidaturas oficialistas, algo prohibido por estatutos.

Cursé las correspondientes denuncias al Comité de Garantías, pero solo me contestaron en uno de los casos, argumentando que el candidato no podía hacer publicidad de su candidatura en dichos grupos, pero sí otros afiliados.

Es revelador que al realizar las votaciones presenciales en urnas, nuestro sector que quería democratizar los estatutos obtuviera una mayoría aplastante, pero que al contabilizar el voto telemático el sector oficialista obtuvo prácticamente todos. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

A nivel personal, me he encontrado por parte de mi partido en la mayor soledad que alguien pueda imaginar. Nunca recibí una llamada de los órganos directivos. Para confirmar que era un indeseado para los que mandaban a nivel regional, no tuvieron ningún problema en no asistir a mi toma de posesión como concejal. Tampoco me respaldaron cuando ocupé el puesto de portavoz del Grupo Municipal del quinto municipio por población de la Región. No obstante, intentando olvidar este manifiesto abandono y con el trabajo de la agrupación de Alcantarilla, hemos estado siempre defendiendo al partido e intentando mejorar la situación de nuestros vecinos.

Como parte de esta táctica de acoso, y en contra de los Estatutos del partido, a la agrupación de Alcantarilla se le eliminó el acceso a sus propias redes sociales desde marzo hasta la fecha. Esto ha originado que cada acto, intervención o mensaje de cargos orgánicos e institucionales no ha podido ser transmitido a la ciudadanía. Al solicitar explicaciones por esta censura a la dirección regional del partido, la respuesta fue “estamos haciendo arreglos”. Y así llevamos desde marzo: Piensa mal y no solo acertarás, si no que te quedarás corto.

Con estas certidumbres de abandono y acoso, se convoca la Convención Nacional de Ciudadanos en Madrid y pese a tener apenas fe en la dirección que estaba tomando mi partido, acudí lleno de optimismo, en la creencia de que en la vida y en los partidos siempre hay que dar una segunda oportunidad.

Pero la oportunidad empezó a malograrse cuando -según transcurrían las jornadas- constaté que aquello no era una refundación, ni un foro de debate orientado a mejorar el camino que debíamos emprender. Era apenas una operación de maquillaje sin autocritica, sin asunción de responsabilidades o propósito de enmienda. Un relato que no se ajustaba a la realidad y que siquiera aceptó ruegos y preguntas.

Fieles a su esencia, desde el equipo regional llegaron a invisibilizaron mi presencia en la convención, hasta el punto de publicarse en medios este vacío al que fui sometido por mi propio partido.

Desde entonces he recibido muchas muestras de apoyo, desde Renovadores (a los que les deseo toda la suerte en su empeño) y sobre todo compañeros de la agrupación. Éstos no solo han comprendido la situación, si no que han decidido cursar en bloque su baja del partido como muestra de apoyo y respaldo. En total, 19 de los 20 afiliados de Alcantarilla -incluyendo toda la Junta Directiva- y otros 9 afiliados de diversas agrupaciones nos damos simultáneamente de baja para demostrar, una vez más, que los afiliados siempre debemos tener voz y ser decisivos en el rumbo a seguir.

No puedo dejar pasar la oportunidad, como ciudadano libre que soy, de expresar mi punto de vista sobre la moción de censura al Gobierno Regional. Una moción sin argumentos ni motivación clara más allá de la ambición de poder. Se hablaba de corrupción, pero nuestros futuros nuevos socios tenían a tres de sus líderes imputados. No se decidió ni elaboró de acuerdo a los Estatutos de Ciudadanos, ya que no venía avalada por el Consejo General y, tal vez lo más importante, por nuestros propios votantes, que están en su mayoría en contra de darle alas al sanchismo con el apoyo de Podemos, como se demostró en las elecciones madrileñas.

Ciudadanos en Alcantarilla desaparece y espero que este sacrificio sirva al menos para que los cargos orgánicos de Ciudadanos Región de Murcia dimitan, aunque solo sea por vergüenza.