En ‘petit comité’ se pudo disfrutar de Manza en la noche del viernes en el antiguo claustro de la Merced de Lorca. Un concierto íntimo en el que los espectadores lograron una simbiosis casi perfecta con el vocalista, hasta el punto de que lo tuvo muy, pero que muy difícil, a la hora de abandonar el escenario.

La pandemia nos ha permitido momentos como el vivido en la segunda jornada del Jewish Lorca, el Festival de Cultura contemporánea judía. Un nuevo escenario se abría a los participantes que disfrutaron de manera relajada y con el sonido en el punto justo para poder saborear una velada en la que todos los elementos parecían confluir para lograr el deleite de todos, la mayoría llegados de fuera de la ciudad.

La parte central del claustro se llenó y algunos se situaron en la parte alta y en las escaleras de acceso. El concierto ‘Cancionero judío pop del siglo XX’ incluyo temas de Leonard Norman Cohen. El vocalista recordó cómo el autor había vuelto a la música tras estar retirado por el ‘saqueo’ que había sufrido por su asesora financiera. “Se lanzó a la carretera con sus 72 años y ello me permitió verlo en Madrid en un concierto de cuatro horas”, dijo, para añadir que “fue el mejor concierto al que he asistido en mi vida”.

De Simon and Garfunkel, Bob Dylan y Lenny Kravitz, interpretó sus grandes éxitos. Y quiso terminar con Jorge Drexler, aunque tuvo que volver al escenario para deleitar a los asistentes con un par de temas más. El festival de Cultura contemporánea judía continúa esta noche con danza. Actuará la bailarina israelí Ravid Abarbanel, que ofrecerá su única actuación en España. Y mañana domingo, concierto ‘Sefarsongs’ por Burruezo y Medievalia Camerata, en la Sinagoga del Castillo.