El terremoto de mayo de 2011 afectó al 80% de los inmuebles del municipio. Como consecuencia de los daños se derribaron 1.798 viviendas. Poco más de una veintena de casas –la mayoría en el recinto histórico de la ciudad– se encuentran ‘apeadas’, sostenidas por andamios que mantienen en pie su fachada, mientras que todo su interior ha sido vaciado. «A raíz del terremoto se establecen una serie de recomendaciones constructivas como consecuencia del análisis llevado a cabo sobre los daños más comunes causados en los edificios por los terremotos para evitar repetir errores detectados», asegura Vicente Blasco, director gerente del área de Urbanismo del Ayuntamiento.

Estas recomendaciones constructivas de adecuación sismorresistente son catalogadas, según la jefa de Planeamiento y Gestión Urbanística, María García, como medidas de carácter «urgente y preventiva» hasta que se proceda a una revisión de las mismas por el organismo competente. Entre las primeras premisas a tener en cuenta a la hora de construir se señalan las escaleras. Se plantea diseñar las losas de escalera como «elementos constructivos independientes» del resto de la estructura, «evitando las soluciones arquitectónicas en las que las mesetas se apoyen en pilares», afirma la arquitecta María García.

En las estructuras, «se debería evitar los pilares cortos (enanos) en planta baja-semisótano», añade la jefa de Planeamiento y Gestión Urbanística, quien apuntó que lo más recomendable sería prolongar los muros de sótano hasta su unión con el forjado suelo de planta baja, y en caso de necesidad de abrir huecos en los alzados del muro para ventilación, hacerlo con un máximo de un tercio de su longitud. «Se establece también la necesidad de disponer de juntas de dilatación entre pilares cautivos y los cerramientos», indica María García.

El seísmo causó la caída a la vía pública de protecciones de los balcones, terrazas, ventanas y escaleras, por lo que las nuevas recomendaciones incluyen la necesidad de «anclarse a elementos estructurales».

El anclaje de las chimeneas, mediante armado con barras de acero y anclaje al forjado; los muros o petos, que deben rematarse con un armado de coronación; o los cerramientos de fachadas, cuyos aplacados (pétreos, cerámicos, madera…) deben estar anclados de forma mecánica, también se contemplan entre los consejos.

La negativa de algunos propietarios de un inmueble común a reconstruir obligó a establecer un sistema de expropiaciones por «incumplimiento de la función social de la propiedad». De esta forma, ante la dificultad de aunar voluntades por parte de los propietarios de edificaciones demolidas a causa de los sismos. Esta norma se justificaba en la «obligatoriedad de la reconstrucción de Lorca», según María García.

Desde el Servicio de Planeamiento y Gestión del Área de Urbanismo se han tramitado expedientes de expropiación forzosa que han afectado a 108 propietarios.