Han pasado diez años desde que los lorquinos vivieran uno de los momentos más difíciles de sus vidas. El vicealcalde y concejal de Empresas Públicas, Francisco Morales, ha alabado el esfuerzo de todos los lorquinos y, en particular, de los trabajadores de Aguas de Lorca que gestionaron las consecuencias de los terremotos en su ámbito de actuación. Desde el primer minuto, todos los esfuerzos estaban centrados en evitar que se agravara la situación de las edificaciones dañadas por las pérdidas de agua, hecho que fue posible gracias al desarrollo tecnológico emprendido por la empresa y el compromiso de sus empleados.

Para María Dolores Valverde, responsable de Operaciones, «en Aguas de Lorca todos los trabajadores somos conscientes de que prestamos un servicio público esencial y que en los momentos complicados hay que estar presentes, se piensa poco en las circunstancias personales y mucho en resolver a los vecinos este tipo de situaciones de la forma más satisfactoria posible».

Gracias a los avances tecnológicos de gestión y control remoto por los que Aguas de Lorca lleva apostando desde hace más de 20 años, en ningún momento se interrumpió el servicio de agua potable y las averías fueron localizadas y reparadas rápidamente. Por eso, continuamente se incorporan desarrollos que mejoran la rapidez en los datos, ofrecen información adicional y nuevas técnicas de control.

Aguas de Lorca cuenta con un servicio de telemando donde están identificadas todas las redes y acometidas controladas a través de contadores y organizados por sectores y subsectores en la ciudad y pedanías. María Dolores Valverde, responsable de Operaciones, destaca que la gestión que se realizó de los datos del telemando en coordinación con el equipo humano «fue lo que garantizó el éxito de los trabajos de restauración y reposición de los efectos del terremoto en los servicios de agua».

«Fue esencial mantener la calma»

También la colaboración de todos los trabajadores fue lo que permitió abordar los posibles daños y actuaciones de manera rápida y eficaz en el departamento de depuración de aguas residuales. «Los operarios se quedaron en las instalaciones poniéndose desde el primer momento en una situación personal segura y revisando más tarde que todo funcionara. Eso permitió dar garantía en el tratamiento de las aguas residuales de Lorca en esos momentos de incertidumbre», asegura María Teresa Pérez, responsable de Depuración.

Para Modesta Pérez, responsable de Clientes, «fue esencial mantener la calma con los clientes que estaban en situaciones muy duras». Ella es una de las trabajadoras más antiguas de la empresa y recuerda «la cantidad ingente de solicitudes de baja que tuvimos que gestionar a clientes que habían perdido su vivienda, personas que llegaban en estado de shock…».

A José Ruiz, responsable de GIS (Sistema de Información Geográfica), el sonido de sirenas y el estado de alerta le persiguió durante meses, «dormir era impensable ni el cuerpo conseguía sosiego para ello».

Diez años después de los seísmos, el actual gerente de Aguas de Lorca, Antonio Franco, destaca que se siento orgulloso de la plantilla de Aguas de Lorca, «un equipo de trabajadores comprometidos con su ciudad, que dan lo mejor de sí mismos en las circunstancias más adversas y con una gran vocación de servicio público».