El Templete que corona la Corredera caravaqueña acogió el rito más antiguo de los que se celebran en las fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca, la bendición de las aguas con la sagrada reliquia. Tras la celebración religiosa en la iglesia de El Salvador, el cortejo inició su camino por el casco antiguo hasta el bañadero, a su paso, las gentes salían a las puertas de sus casas para ver el paso de la comitiva entre lágrimas de emoción y aplausos. Este año como consecuencia de la pandemia, se preparó un dispositivo especial para que los fieles no se agolparán en torno a la bendición de las aguas. En el interior del baldaquino únicamente accedió el vicario de zona, Jesús Aguilar, acompañado por el alcalde de Caravaca, José Francisco García y la hermana mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, Mari Carmen López.
Tras la bendición de las aguas, la Cruz volvió a ser trasladada en coche hasta la iglesia de El Salvador.
El Solemne Ritual del Baño se halla documentado en el año 1384 cuando se pidió agua bendita para sofocar la plaga de langosta que solaba los campos de Lorca, Totana y Murcia. A lo largo de los años se ha convertido en un acto y tradición de gran contenido simbólico.
Misa Pontifical
Por la mañana, tuvo lugar la misa Pontifical celebrada en la iglesia parroquial de El Salvador, que estuvo presidida por obispo de la Diócesis, José Manuel Lorca Planes. Una ceremonia en la que se recordó a todos los fallecidos como consecuencia de la pandemia, así como a todos aquellos que pasan por momentos muy difíciles.
Hoy, la Cruz iba en busca de los que más la necesitan, a partir de las 10 de la mañana, visitará la ermita de Santa Elena, Residencia de Hermanitas de Ancianos Desamparados, Hospital Bernal, Hospital Comarcal del Noroeste y el Monasterio de Santa Clara. Posteriormente será trasladada hasta la Iglesia de San Francisco, y está previsto que sobre las 14 horas regrese a la parroquia de El Salvador.
