No hubo bullas ni algarabías en el nuevo amanecer del dos de mayo caravaqueño; la situación sanitaria así lo exigía. Los caravaqueños salieron a la calle con el corazón encogido, no hacían falta palabras, las miradas delataban la tristeza de aquellos que esperan con ansia volver a ver los caballos enjaezados en la calle. Una tradición que forma parte de la idiosincrasia de los caraqueños y que está arraigada en lo más profundo de la sociedad.

La Basílica de la Vera Cruz acogía uno de los rituales más antiguos de las Fiestas de Caravaca, la bendición del vino y las flores. Sobre una mesa floral que formaba la bandera de la ciudad, se situó la Bandeja de Flores en las que el pueblo de Caravaca depositó sus peticiones y plegarias para la Vera Cruz, su patrona. Este año se optó por rosa spray en color melocotón, brunia, y flor de azahar realizada en la clausura de las clarisas caravaqueñas. A primera hora de la mañana, una comitiva pasaba por el convento para recoger la bandeja de manos de la priora Sor Cristina.

A mediodía, la hermana mayor de la Cofradía, Mari Carmen López, cruzaba el umbral de la Puerta de San Lázaro. En el centro del crucero de la Basílica la esperaba el alcalde de Caravaca, José Francisco García. Allí tuvo lugar el intercambio de la bandeja, tras fundirse en un emotivo abrazo. Posteriormente, el alcalde recorría los escasos metros hasta la mesa floral para postrarla a los pies de la Cruz.

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Bendición del vino y las flores con la Vera Cruz de Caravaca Enrique Soler

Durante su plegaria, el regidor puso de manifiesto que en cada pétalo y flor de la bandeja está «el corazón de Caravaca que late de emoción en un 2 de mayo diferente, de ausencias y recuerdos», incidiendo en que «estas flores de la primavera son de todos y cada uno de los caravaqueños, unidos en la tradición y en el sentimiento».

El alcalde pidió que en este año tan distinto y tan difícil, «tus rituales supongan un consuelo para muchos caravaqueños y devotos, aunque tengamos que renunciar, por responsabilidad, a aquello que tanto nos gusta y tanto nos emociona». Junto a la comitiva estuvo el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras junto al consejero de Presidencia, Turismo y Deportes, Marcos Ortuño.

Al caer la tarde, y tras el homenaje, la patrona de la ciudad era trasladada hasta la iglesia de El Salvador, donde pasó su primera noche en la ciudad. El primer acto de la mañana fue la misa de aparición en la iglesia de La Concepción, que estuvo presidida por su párroco, Juan Alfonso Breis, y la comunidad carmelita.

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Recogida de la Bandeja de Flores en las monjas Claras Enrique Soler