Vecinos de la pedanía lorquina de La Hoya no dan crédito a lo que está sucediendo en la población como consecuencia de los disparos que una persona, todavía sin identificar, está llevando a cabo sobre los animales que encuentra a su alrededor, especialmente perros y gatos, lo que ha causado ya la muerte de varios de ellos. Pero lo más sorprendente, según el testimonio de algunos vecinos, es que está poniendo en peligro la integridad física de los viandantes porque, según reconocen, «en algún momento el disparo podría impactar sobre alguna persona». Los hechos tienen lugar en el conocido como barrio de San Víctor e inmediaciones de la Avenida Rey Juan Carlos I y calles adyacentes.

Al extenderse la noticia entre el vecindario, algunos manifiestan que no es la primera vez que ocurre, sino que este francotirador lleva tiempo haciéndolo y que, incluso, son ya varios los animales que han muerto por estas circunstancias con el consiguiente disgusto de los propietarios del animal al tener conocimiento de que han matado a su mascota. La semana pasada, un perro tuvo que ser intervenido de urgencia en una clínica veterinaria de la población, aunque los profesionales que lo atendían no pudieron hacer nada por salvar su vida tras recibir el mortal disparo que le causó daños internos irreversibles.

La existencia de este francotirador está causando alarma social entre el vecindario que ha recabado la mediación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para poder identificar al presunto autor de los hechos.

Según los vecinos, han sido varias las denuncias interpuestas, a la vez que solicitan que se abra una investigación sobre lo que está sucediendo desde hace varios meses, según algunos. Al parecer, los habitantes han hecho frente común en contra de la actuación de este individuo y en defensa de los animales para acabar cuanto antes con esta pesadilla.

Algunos vecinos se preguntan qué pasaría el día en el que este hombre falle en su objetivo y en lugar de a un perro, el impacto lo tenga que sufrir un menor o cualquier otra persona. Consideran que hay que «actuar juntos» para acabar con la situación y así lo están haciendo demostrando además de por el amor que sienten hacia los animales. Consideran que «no se puede permitir que se produzcan disparos en plena calle como si estuviéramos en el Oeste» y temen que este desaprensivo, aún sin pretenderlo, pueda herir, por ejemplo a un niño que esté jugando en la calle o a otros viandantes que pasean tranquilamente.

La noticia se ha extendido a lo largo y ancho de esta pedanía de más de 4.000 habitantes y el sentir general ha sido el de proteger a los animales y trabajar junto a las Fuerzas de Seguridad para acabar con la situación, que aún se sigue produciendo, y dar el consiguiente escarmiento al presunto autor de los hechos.