«Una chica de quince años tiene que atravesar el monte con los libros del instituto para llegar a la casa de su padre. Nosotros cargamos con la compra por senderos hasta nuestras viviendas», denuncia Salvador Ortuño, el portavoz de los vecinos de Las Casas de la Pelá, una pequeña aldea de El Purgatorio con apenas media docena de residentes, perteneciente a Totana y situada en pleno Parque Regional de Sierra Espuña.

Ortuño y el resto de vecinos de Las Casas de la Pelá denuncian que hace más de un año un empresario de Totana, que es propietario de unos terrenos en la zona, valló sus parcelas de tal forma que les cerró el único camino por el que podían acceder con coche a sus viviendas, y a pesar de las peticiones para que les dejase cruzar hasta sus casas este se negó en rotundo. «Ha cortado varios caminos, entre ellos uno de uso público y del cual tenemos servidumbre de paso. Este lleva a Las casas de la Pelá, en donde hay una construcción que data del año 1890», sostiene Ortuño.

Un hombre camina por un sendero de la zona. R. D. C.

Los vecinos que residen en la zona critican que «de la noche a la mañana puso las puertas y nos dejó sin acceso. Solo podemos llegar atravesando el monte a pie».

Tras meses reclamando soluciones, trasladaron la disputa a los juzgados. «El dueño de la finca llevó dos testigos falsos. Y, aunque la jueza no dio la razón a ninguna de las partes directamente, estos testigos aseguraron que hay otros caminos por los que podemos llegar a nuestras casas y nos instó a utilizarlos. El problema es que no existen», apunta Ortuño. La sentencia está recurrida. Sin embargo, el conflicto se ha recrudecido en las últimas semanas.

Explican que el propietario de las fincas «levantó con maquinaria el cementado del suelo de la vía, vació un camión con piedras pesadas, e instaló dos puertas con llave, que después soldó, para impedir el acceso de los vecinos. Ahora hay vigilantes de seguridad que van para cerciorarse de que los vecinos no pasamos por ahí». 

Un perro tras una verja de la zona. R. D. C.

Ante esta tesitura y a la espera de que su recurso prospere, los vecinos se han movilizado en redes sociales para denunciar la situación, también han organizado protestas y han solicitado ayuda al Ayuntamiento, que trata de buscar un acuerdo y abrirá «un expediente al propietario por incurrir en infracciones urbanísticas».

Inventariar los caminos

El presidente de la Fundación Caminos de Iberia, Lázaro Giménez, recuerda que «se trata de un camino reflejado ya en la primera cartografía realizada de la zona, en el s.XIX». Analizando documentos de finales de ese siglo ha comprobado que la vereda se construyó en 1895 durante la repoblación forestal del área. Giménez reconoce que los vecinos tienen por delante un largo proceso para demostrar que el acceso es público, ya que precisarán de estudios técnicos y diversas investigaciones. 

La solución más sencilla, según Giménez, pasaría por que el Ayuntamiento deslindase e inventariase todos los caminos públicos. «El asunto es que eso puede generar problemas con propietarios, además de que el Consistorio tendría la obligación de mantenerlos», apunta. Por su parte, el Ayuntamiento asegura que ya hay una ordenanza en marcha para realizarlo, aunque augura que será «complejo».

Un camino alternativo

El alcalde de Totana, Juan José Cánovas, ofreció el pasado viernes a los vecinos «generar un camino alternativo que rodee la finca y que pueda darles una opción mientras continúan por la vía jurídica». El alcalde reconoce que «es un disparate cerrar el camino, pero no puedo ir en contra de la jueza, sería prevaricar». Por su parte los vecinos indicaron que esta solución no les «termina de convencer», pero que revisarán la propuesta y posiblemente aceptarán porque necesitan poder llegar a sus casas «sin caminar por el monte».