El día 5 de diciembre, el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo Baños; el presidente de la Comunidad; Fernando López Miras, y el delegado del Gobierno, José Vélez Fernández, descubrieron una placa en la fachada del parlamento regional en recuerdo de los diez diputados del antiguo Reino de Murcia que, en 1812, participaron en la redacción y aprobación de la Constitución de Cádiz o 'La Pepa'.

Se trata de José María Rocafull y Vera, Isidoro Martínez Fortún, Pedro González de Llamas y Molina, Alfonso Rovira y Gálvez, Simón López García, Nicolás Martinez Fortún, Francisco de Borja Álvarez de Toledo, Vicente Cano Manuel y Ramírez de Arrellano, Juan Sánchez Andújar y Leonardo Hidalgo, que merced a este reconocimiento público, han sido rescatados del pasado, e inmortalizados para siempre, en una placa muy simbólica y de tan íntima resonancia, que llena de orgullo a todo un pueblo. Y el nuestro, muy singularmente, con especial regocijo.

Sobre este particular, en el suplemento extraordinario del pasado año, ya nos hicimos eco de esta circunstancia. Así como de otra iniciativa, impulsada por el investigador, Juan Romero Díaz, para que se denominara una calle a su nombre en el término municipal del Ayuntamiento de Murcia.

Nació en Ricote en 1738 y murió en Archena en 1888, estando enterrado en la cripta de la Iglesia parroquial de san Juan Bautista. Y a él se debe, precisamente, que el día 27 de mayo de 1808 -según apostilla el Cronista Oficial de Murcia, Antonio Botías, en uno de sus últimos escritos- «fue el encargado de colocar a la Patrona de Murcia, la Virgen de la Fuensanta, el fajín y el bastón de mando que la convirtieron en 'generala' de las tropas que se enfrentaban a los franceses».

Y como reseña final, al primer apartado, una anécdota muy curiosa, que ha hecho tan feliz a una familia archenera y por la que se sienten tan honrados.

Entre otros distinguidos asistentes, a dicho acto, fue invitado especialmente Miguel Banegas y Guillén del Castillo (hoy fallecido) único descendiente de Pedro González de Llamas y Molina, Mariscal de Campo y uno de los firmantes de dicha Constitución, «auténtico símbolo de libertad política, no solo de España sino también durante el periodo fundacional de las actuales repúblicas hispanoamericanas», como remarcaba el presidente de la Cámara legislativa, en uno de sus párrafos.

La familia Banegas, ante la invitación efectuada, henchidos de gozo, por tan feliz acontecimiento, optó por enviar, como representantes de su padre y abuelo, respectivamente, al hijo mayor, Miguel Banegas García y a Gabriel María Lorente Banegas, nieto menor del fallecido, tal como aparecen en una de las fotografías de la referida ceremonia, que ilustran este comentario.