No hace muchas décadas, cuando las entidades locales aún contaban con un apreciable número de vecinos, se podían encontrar diseminadas por la geografía patria multitud de escuelas unitarias, que con esforzados y sufridos maestros prestaban un impagable servicio a los moradores del mundo rural. Entre ellas había una en la Rambla de Charrara, de la que vamos a contar algunos retazos de su existencia.

En la actualidad se hace impensable la existencia de escuelas en tan paupérrimos vecindarios, pues el éxodo a la capital del municipio y a otras localidades de mayor importancia, han supuesto un abandono casi absoluto. Las cifras poblacionales son elocuentes, pues nos cuentan que en 2019 en Rambla de Charrara solo habitan unas 22 personas, de las que 2/3 son del género masculino. Y tan solo un residente está en edad escolar.

Pero en otros tiempos la situación era diferente, y la necesidad de que la población fuese estable y estuviese atendida, propició que se promoviese la creación de una escuela unitaria, mixta, dotada con su correspondiente maestro o maestra. La oportunidad surgió en 1931, ya establecida la Segunda República, merced a una Orden de tres de octubre, publicada en la Gaceta del diez de dicho mes y año. En la citada Orden se especificaba que sería servida por un maestro.

Suponemos que al no disponer de casa escuela, el ayuntamiento alquilaría alguna de las que hubiese en el entorno, y la amueblaría con cuatro trastos pata salir del paso. Puesta inmediatamente a disposición del Consejo provincial de primera enseñanza, el 31 de octubre de aquel mismo 1931 nombró maestro interino a Pedro Avilés Gómez (ricoteño conocido popularmente como ´Pedrín de la Asunción de Pedro'), con el sueldo anual de 2.000 pesetas. El citado tomó posesión el ocho de noviembre siguiente, y aproximadamente un año después ascendió en el Escalafón de Maestros a sueldo de 3.000 pesetas, y cesó en el destino el 20 de julio de 1934.

Sabemos que el susodicho Pedro nació hacia 1912, y que con apenas 15 años de edad tuvo un accidente en el paraje de Los Pedregales, cuando con otros dos compañeros se dedicaba a la caza de ´animales dañinos', despeñándose por una rambla. También, que en octubre de 1936 fue puesto a disposición del Gobernador como desafecto al Régimen republicano.

Ocupó la plaza tras él José María Victoria Rubio, en calidad de propietario, accediendo por el llamado 5º turno, con el haber anual de 3.000 pesetas, por nombramiento de cinco de julio de 1934, posesión de 21 del citado mes y que cesó el 31 de octubre siguiente, para pasar a Fuente Álamo.

José María había nacido el siete de diciembre de 1902, y participó en las oposiciones al Magisterio del año 1932. Fue uno de los cursillistas aprobados, obteniendo el número 34 entre los más de 100 aprobados. El destino que se le adjudicó fue Cuevas de Reyllo.

Tras su marcha le sustituyó en calidad de Propietario otro cursillista del 33, Juan Ruiz Gómez, nacido el 31 de mayo de 1911, con sueldo de 3.000 pesetas. Nombrado el 12 de noviembre de 1934, tomó posesión el mismo día, y cesó en este destino el dos de marzo de 1935, por haber efectuada una permuta por el que sigue.

Juan Ruiz Navarro, obtuvo la escuela en Propiedad, por permuta, con sueldo anual de 4.000 pesetas, por nombramiento que efectuó el Oficial Jefe del servicio, el 26 de febrero de 1935; tomando posesión el tres de marzo siguiente; procedente de La Ñora. Por nombramiento de 30 de abril de 1937 ascendió en el escalafón a sueldo anual de 5.000 pesetas.

Al señor Ruiz Navarro lo encontramos en Roldán en 1916, tras participar en Concurso de traslados con 13 años, siete meses y cinco días de servicios. Pertenecía a la 9ª categoría del escalafón, con haber anual de 1.100 pesetas. Fue destinado a Molina de Segura, donde permaneció 18 años, y en agosto de 1934 obtuvo destino en la escuela unitaria número 3, de La Ñora. Acabó su carrera en Charrara, pues el 11 de marzo de 1937 le llegó la jubilación.

El 15 de septiembre de 1938 fue nombrada Rufina Martínez Contreras, en calidad de auxiliar y con sueldo anual de 4.000 pesetas. Tomó posesión el día siguiente, y cesó el 28 de octubre del mismo año. Sabemos que en febrero de 1939 fue nombrada para ejercer en otra escuela.

Tras su marcha ocupó la escuela otra auxiliar, llamada María Guillamón Miñano, con haber de 4.000 pesetas; el nombramiento en 16 de febrero de 1939 y la posesión el día siguiente. Nada sabemos del cese, dadas las turbulencias políticas de aquellos días.

Acabada la guerra, el 13 de marzo de 1940 tomó posesión, como interino, Antonio Martínez Gómez, con sueldo de 4.000 pesetas. Se posesionó el mismo día, y cesó el 27 de agosto de 1942. Ganó plaza en las oposiciones de 1945.

Un nuevo interino le sucedió en esta plaza, Juan J. Ruiz Fernández, con haber anual de 5.000 pesetas; nombrado el 19 de noviembre de 1942, se posesionó el mismo día, cesando el 31 de diciembre de 1943.

Obtuvo la plaza en propiedad, por el cuarto turno, Antonio Gómez Gómez, por nombramiento de cuatro de diciembre de 1943; y posesión el primero de enero de 1944. Su cese se produjo el 31 de diciembre de 1950, pues se trasladó a una escuela parroquial de las creadas en Abarán. Fue el último maestro que ocupó este destino.

A pesar de que la escuela fue creada para ser ejercida por maestros, tras la marcha del señor Gómez Gómez, tan solo se nombraron maestras. La primera de ellas fue, como interina, Encarnación Cánovas Jiménez, que se posesionó el cinco de enero de 1951 y cesó el 31 de agosto de 1956.

Le sucedió en propiedad, Natalia Hernández Martínez, posesionada el primero de octubre de 1956; que cesó el 31 de agosto de 1958.

Por entonces el Ayuntamiento de Ricote había construido una escuela con vivienda para el maestro, percibiendo una ayuda del Ministerio de Educación de 60.000 pesetas. Cantidad que se le abonó por el mes de mayo de 1957.

Llegó entonces, como interina, Dolores Tomás España, posesionada el ocho de octubre de 1958; que cesó el 31 de agosto de 1959.

La siguiente, Isabel Navarro Casanova, adquirió la plaza en propiedad, pero solo estuvo un año, pues posesionada el primero de septiembre de 1959, cesó el 31 de agosto de 1960.

Una nueva interina, Josefa Marín Oliver, se posesionó el 24 de septiembre de 1960, y fue como vista y no vista, pues al poco dio paso a Carmen Conesa Martínez, otra interina, que posesionada el 26 de noviembre del mismo año 1960, cesó unos meses después, en 30 de febrero de 1961. Así consta pero es una fecha imposible.

María Caridad Fernández Blázquez, otra interina, tomó posesión el 17 de abril de ese año, y cesó el 31 de agosto siguiente.

Le sucede Encarnación López Ramírez, como propietaria rural, que se posesionó el primero de septiembre de 1961. Tuvo una larga estancia en este destino, pues no cesó hasta el nueve de abril de 1968, por jubilación. La escuela estaba clasificada como de difícil desempeño, percibiendo la maestra, como compensación una gratificación anual desde enero de 1963 que no llegaba a las 5.000 pesetas.

Cuando se fue, llegó otra maestra interina, Antonia Gabaldón Gómez, que duró pocos meses, pues posesionada el 24 de abril del mismo 1968, cesó el 31 de agosto siguiente.

Llegó entonces, como propietaria provisional, María del Rosario Montalbán Avilés (´Rosarito'), nombrada el 14 de septiembre de dicho 1968, con efectos posesorios desde el día primero de ese mes. No se adaptó a tan difíciles circunstancias, y pidió la excedencia, cesando el 14 de octubre de ese año. Apenas estuvo un mes en Charrara.

Finalmente llegó María Rosa Martínez Marín, también propietaria provisional, nombrada el 11 de octubre de 1968, que tomó posesión cuatro días después, el 15. Hemos podido leer en la prensa de octubre de 1970, que Dolores García Jara, había sido nombrada como sustituta. Era veterana haciendo breves sustituciones.

Y aunque en diciembre de 1970 se dijo que la escuela sería elegida en propiedad provisional por una maestra de acceso directo del Plan 1967, la realidad es que en el verano de 1971 fueron suprimidas numerosas escuelas de la misma categoría; quedando vacante la mixta para maestras de Rambla de Charrara. Que finalmente también cerró.

En 1977, siendo alcalde de Ricote don Jesús Moreno Gómez, se logró asfaltar la carretera que unía la capitalidad con nuestra pedanía, merced a un convenio de colaboración con el IRYDA.

El abandonado edificio escolar dio paso posteriormente a un albergue juvenil, merced a una eficaz rehabilitación llevada a cabo por los alumnos de la escuela taller de la Mancomunidad de Municipios de la Vega Media.