El convento de San José en Caravaca, donde durante 427 años (1576-2003) estuvieron presentes las madres carmelitas, será patrimonio de todos los murcianos. Así lo adelantaron el jefe del Ejecutivo Regional, Fernando López Miras, y el alcalde de Caravaca, José Francisco García, quienes han dicho que se trata de una actuación estratégica para la recuperación del patrimonio histórico y cultural, la revitalización del casco histórico y nuevo foco de la ciudad como destino de peregrinación y del proyecto del próximo Año Jubilar 2024.

El presidente de la Comunidad y el alcalde han señalado que es un paso muy importante en la política de defensa y recuperación del patrimonio, porque se trata de un edificio cuyo interés y potencial va más allá del ámbito local y regional, tanto en el plano cultural, como en el religioso y el turístico. Asimismo, han señalado que Caravaca de la Cruz es uno de los dos únicos lugares de España que han contado a la vez con una fundación Teresiana y otra Sanjuanista, junto con Segovia.

El emblemático conjunto arquitectónico -fundación directa de Santa Teresa de Jesús- pasa por primera a ser de propiedad pública y la iglesia de San José, integrada en él y considerada uno de los espacios barrocos más sobresalientes de la Región, está llamada a ser un centro de referencia para la cultura y para el uso y disfrute de los caravaqueños.

Algunos de los proyectos previstos para el inmueble son la ubicación de un Museo del Misticismo, para concentrar en un mismo lugar el rico legado de Santa Teresa de la Cruz y San Juan de la Cruz, así como la creación de un espacio cultural de referencia internacional en el que se realizarán conferencias, congresos internacionales, exposiciones y diferentes eventos sobre estas dos figuras. También se apuntó a la puesta en marcha de una hospedería para peregrinos que lleguen a Caravaca tras realizar el Camino de la Vera Cruz, en este edificio que fue declarado BIC.

En el año 2004, la congregación decidía marcharse a Valdelentisco (Tallante), y vender el inmueble a la empresa Parador del Convento, con el objetivo de construir un hotel. Tras la crisis del sector de la construcción el edificio pasó a manos de una entidad bancaria y posteriormente a un fondo de inversión con sede en Nueva York, con quien se ha llegado a un acuerdo de compra por 800.000 euros, «cantidad que está por debajo de los importes que se manejaban en un principio e incluso por debajo del valor del derecho de retracto», ha explicado el regidor caravaqueño, quien incidió en que es un día histórico para el municipio, «La iglesia de San José, un marco incomparable y con un fuerte valor artístico y emocional, será del pueblo de Caravaca como espacio cultural de referencia internacional, en el que se realizarán multitud de actos culturales» .

López Miras ha remarcado la importancia de este inmueble que «representa la huella de Santa Teresa de Jesús en la Región de Murcia» .

Duodécima fundación directa de Santa Teresa de Jesús

Este convento fue el primer establecimiento de las Carmelitas Descalzas en el antiguo Reino de Murcia, y estuvo directamente promovido por Santa Teresa de Jesús en 1576.

Aunque las religiosas dejaron Caravaca de la Cruz hace dieciséis años, el convento conserva estancias de elevado interés histórico y cultural, como la sacristía mayor, el locutorio alto, la celda tipo de una religiosa, la capilla de las profesas, la sala de oficios del noviciado, la cocina y el refectorio, entre otras dependencias.

El Archivo Histórico Municipal de Caravaca de la Cruz conserva la carta original en la que Santa Teresa, desde Sevilla y con fecha 24 de noviembre de 1575, indicaba a la priora Ana de San Alberto qué pasos debía seguir para efectuar la fundación.

Tiene tres plantas, dos por la calle Mayor y debido al desnivel con la zona del huerto, una tercera planta bajo rasante respecto a dicha calle.

El inmueble tiene forma trapezoidal con dos crujías, una exterior y otra que constituye el ándito alrededor de un patio central. Dispone de 26 celdas.

La superficie del solar es de unos 3.000 metros cuadrados y la superficie construida es de 4.121 m2. Así pues, el edificio posee dos partes: la zona conventual con su correspondiente zona de huerta, y la iglesia, ambos comunicados.