Juana Camacho Moreno ha formado parte de la historia de Lorca con motivo de los alrededor de 45 años que ha permanecido al frente de la tercera generación del quiosco de El Leño, el primer punto de venta de prensa que se instaló en la Ciudad del Sol allá por los años 30 del siglo XX. Pronto cumplirá su primer centenario este popular quiosco desde el que Juana Camacho ha sido un pilar fundamental sirviendo al pueblo de Lorca, junto a su esposo, Juan Morenilla Caro, que actualmente tiene 98 años de edad, su hija Dolores Morenilla y su yerno Pedro Valero Chuecos, que integraron la cuarta generación, encontrándose actualmente al frente del negocio la quinta generación formada por los hermanos y nietos de la fallecida, Sofía y José Manuel.

Juana Camacho Moreno fue la única mujer en una familia de cuatro hermanos. En «sus años mozos», como solía decir, tuvo que emigrar a Francia en busca de un mundo mejor, regresando posteriormente a la tierra que le vio nacer para continuar con el legado del quiosco El Leño tras el fallecimiento de su cuñado que pereció ahogado en Mazarrón. Descubrió su pasión por las noticias impresas luchando cada día para conseguir un mejor servicio para su clientela. Fue una trabajadora incansable. Se levantaba a las seis de la mañana repartiendo prensa y no cesaba en su labor hasta las 10 de la noche. Fue premiada por sus méritos y larga trayectoria, con uno de los Premios Mercurio que anualmente otorga la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Lorca. Cuando se tuvo que jubilar, ´el gusanillo´ no le dejaba tranquila y tenía que acudir cada día al quiosco donde se encontraba el negocio familiar «porque no me podía estar quieta», decía con orgullo y resignación.

Fue una mujer emprendedora, llena de energía por los cuatro costados, inquieta, amable, simpática, con un gran don de gentes y «una calculadora humana», como decían de ella quienes bien la conocieron. Ha sido la abuela de muchos lorquinos, siempre con una sonrisa en los labios, como si los problemas no hubieran hecho mella en ella. Ha sido una mujer que ha conservado todas sus facultades hasta el mismo momento de su muerte. El fallecimiento de Juana Camacho Moreno deja un enorme vacío, no solo entre sus familiares, sino también entre las muchas personas que la conocieron para quienes siempre tenía un consejo o una palabra de aliento. Muy dicharachera y amante de la conversación, fue sobre todo, según sus familiares más directos, «una gran esposa, madre y abuela, pendiente siempre de todo cuanto acontecía en la familia». Tuvo solo una hija, Dolores Morenilla Camacho, también jubilada y cuarta generación del negocio familiar, aunque durante su estancia en este mundo y dada su longevidad ha podido disfrutar hasta el último momento de sus cinco nietos (José Manuel, Juani, Sofía, Pedro y Cristian) y de sus siete biznietos (Pedro, Mariló, José Manuel, Sofía, Saray, Lola y Pablo).

Juana Camacho Moreno se ha marchado siendo consciente del declive que poco a poco está sufriendo la profesión a la que ha dedicado, con todo su esfuerzo, la mayor parte de su vida. Prueba de ello es que hace unos años el número de quioscos de prensa que funcionaban en Lorca llegaba a superar la docena y actualmente, solo quedan tres, entre los que se encuentra El Leño.

En mayo de 2016, el diario LA OPINIÓN DE MURCIA publicó un reportaje que titulaba Cinco generaciones al servicio de Lorca, en el que Juana Camacho nos recordaba que cuando el quiosco de El Leño se puso en marcha en la Ciudad del Sol, «los periódicos nacionales de la época llegaban un día después de su edición» y afirmaba que «los lorquinos se interesaban por la prensa escrita que llegaba desde la capital de España». Nos decía con nostalgia que «los ejemplares viajaban en ferrocarril y entre unas cosas y otras llegaban a las manos del lector cuando había transcurrido más de 24 horas de su edición».

Entre los que le tocó repartir y vender estaban Arriba, Ya, Pueblo, Diario 16 o el semanario El Caso, ya desaparecido, junto a otros que aún perduran como El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC o la propia La Opinión de Murcia.

Hablaba de la profesión y decía que «se trata de un trabajo que no tiene días de fiesta, ni domingos ni lunes, porque todos los días hay que trabajar». Nos recordaba que se levantaba a las 5 y media de la mañana y lo primero que hacía era repartir las suscripciones «lloviese, tronase, hiciera frío o calor», añadiendo que «se trata de una profesión muy sacrificada donde solamente hay tres días de descanso al año».

El Leño comenzó a funcionar en Los Cuatro Cantones de la calle Corredera y actualmente se encuentra ubicado en la calle Periodista Juan López Barnés situada entre la estación de Sutullena y la Avenida Juan Carlos I.

El cariño y aprecio que muchos lorquinos y lorquinas sentían hacia Juana Camacho se ha visto correspondido con las numerosas visitas realizadas al tanatorio Lázaro Soto, donde se ha instalado la capilla ardiente, para dar el pésame a la familia, así como los innumerables mensajes recibidos mostrando sus condolencias, según fuentes de la familia que quiere transmitir a todos, a través de este periódico, su más sincero agradecimiento.

El entierro se ha celebrado este miércoles.

Que en paz descanse.