Los hechos tuvieron lugar sobre las ocho y media de la tarde, hora a la que la Policía Local de Totana recibía una llamada para alertar de que había una procesión por la calle, con Virgen incluida. En un año en el que no ha habido desfiles de Semana Santa, debido a la pandemia de coronavirus, la situación resultaba cuanto menos curiosa.

La comitiva circulaba por la calle Mayor, giró hasta el barrio de San José y se metió en una casa, explica la Policía Local de Totana, que, al tener conocimiento de lo que estaba sucediendo, se movilizó. La talla era la de la Virgen del Quinche, muy venerada en Ecuador, de donde proceden las personas que organizaron el acto.

Los agentes localizaron la vivienda, en la cual identificaron a ocho personas, una de ellas la organizadora de la procesión. Esta persona en cuestión se enfrenta a una multa que va de 3.001 a 60.000 euros por "organizar reuniones o fiestas en espacios privados o públicos". Los otros siete asistentes también serán sancionados, con multas que van de los cien a los 3.000 euros por participar en una actividad así.

El alcalde de Totana, Juan José Cánovas, ha dejado claro que no autorizó ninguna procesión. "Es imposible tener un policía en cada calle por si existe vulneración de las normas", remarca el regidor.

Cánovas sentencia que "la Policía Local actuó de inmediato y con la diligencia que corresponde en estos casos" y recuerda que "el alcalde no autoriza manifestaciones o concentraciones, ni procesiones, desfiles o actos religiosos". "Estas competencias son de Delegación del Gobierno y este acto no tenía autorización alguna", manifiesta el primer edil.

Los afectados, mientras, explicaron que tienen mucha devoción por esta Virgen, y que le ofrecieron una misa en una parroquia del pueblo. A continuación lo que hicieron fue simplemente trasladar la imagen del templo a su casa. De ahí que no solicitasen autorización alguna, pues no montaron una procesión, sino que simplemente llevaron la talla a su domicilio.