La Policía Nacional descubrió a través de una interceptación telefónica que el presunto autor de la muerte por estrangulamiento de 'El Rosao', el vecino de Moratalla cuyos restos aparecieron en Yecla tras casi año y medio de su desaparición, había puesto en marcha un negocio dedicado al ejercicio de la prostitución.

Las diligencias del caso, instruidas inicialmente por un presunto delito de tráfico de drogas y otro de homicidio o asesinato, el de 'El Rosao', y por las que han sido detenidas un total de once personas, cuentan también desde ahora con la investigación relativa a esta supuesta actividad. La prostitución en España está en situación alegal: prostituirse no es delito, pero lucrarse con el ejercicio de terceros (el proxenetismo) sí lo es.

La misma fue descubierta con ocasión de la conversación que uno de los principales investigados, Agustín V.G., mantuvo a mediados de octubre pasado con otra persona no identificada, a la que dijo que ese día iba a hacer una inauguración.

Al preguntarle su interlocutor de qué se trataba le contestó que "había abierto un puti (club) allí mismo, en alusión a Pinoso (Alicante), la localidad donde reside, para añadir que "vas a flipar".

La persona con la que hablaba se interesó por saber con qué mujeres contaría, a lo que Agustín V.G. le respondió que no eran de la zona, sino de fuera, comentándole el interlocutor que "estaba más loco que una cabra".

Este hombre, propietario de la vivienda donde presuntamente fue muerto de forma violenta el vecino de Moratalla desaparecido, está señalado por otros presuntos participantes en el crimen como la persona que, presuntamente, lo estranguló presionando el cuello con su antebrazo.

El móvil del crimen había sido apoderarse de los 34.000 euros con los que el fallecido habría acudido al lugar para, presuntamente, participar en una transacción de droga.