La Audiencia Provincial de Murcia ha desestimado el recurso presentado por un hombre que coaccionó a su doctora, a la que exigió que le prescribiera unos antibióticos pese a que los mismos no estaban aconsejados para la gripe común que presentaba.

La sentencia señala que el juzgado de Cieza que condenó al ahora apelante como autor de un delito leve de coacciones declaró probado que los hechos ocurrieron cuando el acusado acudió al consultorio por si sufría la gripe A o la covid-19 y, a voz en grito, exigió a la denunciante que le recetara ese medicamento. El hombre le advirtió de que, según aseguró una enfermera al declarar como testigo, si no le prescribía el fármaco la baja se la iba a pagar ella y que "se iba a enterar" si le pasaba algo.

Al desestimar el recurso, la sala de la Audiencia dice que da mayor credibilidad a esa enfermera que al padre del acusado, que, comenta, entró en la consulta al escuchar los gritos de su hijo y que, en lugar de calmar los ánimos, echó más leña al fuego al anunciar a la doctora que la denunciaría si no acertaba con el diagnóstico.

El tribunal, que tiene como ponente al magistrado Andrés Carrillo, no da valor alguno a la afirmación de la defensa, recogida en el recurso, que aseguró que el paciente no gritó, sino que todo se debió a que los ciezanos hablan muy alto. Sobre ese comentario, la sala dice que la frase utilizada por el acusado fue amedrentadora, "tanto en Alhama de Murcia como en Cieza".