El Abuelo de Jumilla, Valeriano Olivares Jiménez, cumplía ayer 102 años de edad. En esta ocasión debido a la pandemia del Covid-19 no ha habido celebraciones familiares. Ayer pasó el día en el campo en la Herrada del Tollo con un zumo de Granada en compañía de uno de sus hijos.

Durante la gripe de 1918, la familia de Valeriano perdió a cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres. El abuelo más longevo del municipio padece de la vista y el oído, aunque conserva un buen apetito que lo acompaña con vino de verano hecho con tinto de Jumilla; dedicó parte de su vida a la agricultura en el paraje de la Fuente de las Perdices, a unos cinco kilómetros del casco urbano.

El considerado abuelo de Jumilla, que ha pasado estos meses en el domicilio de una sus hijas, se quedó viudo en el año 2000 y fruto de su matrimonio tuvo tres hijos: Teresa, Valeriano y Luis, que a su vez le han dado seis nietos y ocho biznietos. Durante su etapa como agricultor realizaba viajes para hacer la compra con la compañía de un caballo de nombre "Diamante" con la finalidad de que sus hijos pudieran realizar las tareas escolares.

En la Guerra Civil Española combatió en Murcia y, según cuenta, para librarse de la mili tuvo que realizar un trayecto en bicicleta desde Jumilla al paraje de la Fuente de las Perdices y luego a Murcia. Allí tuvieron que realizarle cuatro veces el tallado pero él cada vez se agachaba más (dice debido al cansancio de la bicicleta) y así logró esquivar el servicio militar obligatorio.

Calle Mancebón: una bendición para la longevidad

Muchos vecinos todavía se preguntan que tiene la calle Mancebón de Jumilla. Algunos hablan de un milagro de la persona en la que figura su nombre: el franciscano Juan Mancebón. Los últimos ciudadanos centenarios del municipio se han criado en esta vía: Antonio Carrión Martínez, de 107 años de edad y seis meses (fallecido en 1990); Magdalena García Ros, de 106 años (fallecida en marzo de este año) y el actual: Valeriano Olivares Jiménez.