La Audiencia Provincial de Murcia ha desestimado el recurso presentado por un vecino de Águilas contra el auto que en 2017 acordó continuar por los trámites del procedimiento abreviado las diligencias previas abiertas desde 2013 por el incendio del picadero propiedad de su hermano, en el que murieron seis caballos y dos perros.

La resolución, a la que ha tenido acceso Efe, señala que, por el contrario, el juzgado de instrucción de Lorca que investiga los hechos ha estimado el recurso del fiscal, en el que pidió que el caso continuara por un delito de incendio con daños y ocho delitos de maltrato animal.

El auto del juzgado recogió que los hechos ocurrieron en la madrugada del 29 de agosto de 2013, cuando, presuntamente, el hermano del propietario se presentó en las instalaciones, prendió fuego a la cuadra y salió de la misma, dejándola cerrada, lo que causó la muerte de los animales.

El fuego, además, causó daños estructurales en la edificación y consumió 140 balas de paja que estaban preparadas para el consumo de los caballos.

Para el juicio, la investigación contaba con varios indicios que apuntaban a la supuesta comisión de los mismos por parte del investigado, conclusión a la que también llega el tribunal de la Audiencia al desestimar su apelación.

Señalaba el juez que esos indicios eran que el presunto autor del incendio sufrió quemaduras en ambas piernas, que, supuestamente, fueron originadas por las llamas, que habían sido activadas con gasolina y que, además, no tenía sentido que se hubiera desplazado hasta la localidad almeriense de Cuevas de Almanzora para ser atendidos de las mismas.

También se considera como indicio muy significativo que se identificara con el nombre de un familiar, lo mismo que hizo en tres días posteriores para las siguientes curas.

Dice la sala que no tiene explicación que viajara en todas las ocasiones a un hospital ubicado a 35 kilómetros de su residencia cuando en la misma, en Águilas, podía haber sido atendido de las quemaduras.

Sospechan los magistrados que se trató de una maniobra para tratar de despistar a los investigadores y querer desvincularse del incendio.

También se tienen en cuenta las contradicciones advertidas entre la declaración del investigado, que aseguró que el día del incendio estaba en la citada población de Almería, y las de su madre y su hermano, que apoyaron esa versión.

Comenta la sala que si el día del suceso se encontraba en tierras almerienses, considerando que la documentación incorporada a la causa lo desmiente, lo que no tiene sentido es que una vez de regreso a Águilas volviera en tres ocasiones a Cuevas de Almanzora para las curas.