Una fuerte explosión cerca de las cuatro de la madrugada de ayer sacudió a los vecinos de la calle Tirso de Molina y del barrio de La Ermita de Molina de Segura. Seguidamente, tras el fuerte estruendo el humo comenzaba a esparcirse por todo el edificio y los gritos de los inquilinos y las carreras por salir del inmueble se sucedían para lograr escapar del fuego y del humo.

Como consecuencia, los servicios de emergencia, que acudieron tras el medio centenar de llamadas realizadas tras el fuerte estruendo, atendieron a una decena de personas, tres de ellas gravemente heridas en un primer momento: una vecina y dos bomberos.

El incendio se produjo en una de las viviendas de la sexta planta de un edificio de siete pisos y en el que había personas atrapadas tras la explosión de gas, según las primeras investigaciones de la Policía Nacional.

Al lugar se movilizaron patrullas de la Policía Local, bomberos del Consorcio de Extinción de Incendios y Salvamento de la Región de Murcia, llegando a intervenir hasta 18 bomberos de 3 parques con 7 vehículos de extinción, y ambulancias y personal sanitario de la Gerencia de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061 con 4 unidades móviles de emergencias, una del servicio de urgencias de Molina y dos ambulancias no asistenciales.

Unos 45 minutos después de que tuviera lugar el fuego, cerca de las cuatro y media de la madrugada, los bomberos lo dieron por controlado y lograban rescatar a las personas que estaban atrapadas en las plantas superiores y terraza. De los tres heridos graves, uno fue uno de los bomberos, de 43 años y que responde a las iniciales de D. M. M., que cayó al patio de luces desde el sexto piso, según los propios vecinos. El hombre tuvo que ser trasladado al hospital Virgen de la Arrixaca, con un politraumatismo que afecta a la pelvis, cadera, una vértebra y un antebrazo.

La peor parte se la llevó también una vecina, de 54 años, que fue llevada de emergencia a la Unidad de Quemados de la Arrixaca porque tenía quemaduras en el 90% de su cuerpo. Los propios testigos aseguraron que estuvo, al menos, diez minutos sin poder salir de la vivienda.

El tercer y último herido de consideración fue otro bombero, de 41 años, que fue asistido por un golpe de calor y trasladado al hospital Morales Meseguer de Murcia, aunque su estado no revestía tanta gravedad. Asimismo otras siete personas fueron atendidas por inhalación de humo y no precisaron traslado a un centro sanitario, lo mismo que otra más, atendida por crisis de ansiedad.

Técnicos y voluntarios de Protección Civil de Molina de Segura y de Cruz Roja acudieron al lugar colaborando con los servicios de emergencia en la asistencia a las personas desalojadas. Con el paso de las horas, los vecinos de las viviendas menos afectadas fueron regresando a sus domicilios una vez que los técnicos pertinentes del Ayuntamiento de Molina valoraban el estado de la estructura.

Hasta el lugar también se desplazaron la concejala de Urbanismo, Policía Local y Seguridad Ciudadana, Julia Fernández; y el concejal de Bienestar, Ángel Navarro, que permanecieron en el lugar de los hechos desde la madrugada hasta el mediodía de ayer.

Fernández confirmó a esta Redacción que, por el momento, solo hay desalojada una familia y que el fuego ha afectado de manera más grave a la vivienda en la que se produjo la deflagración y a la que hay justo al lado. La familia que ha tenido que abandonar la vivienda fue alojada ayer por los servicios sociales en un hotel de la localidad, según la edil molinense.

La víctima más grave se quemó tras regresar a su vivienda para coger sus pertenencias

La mujer de 54 años que resultó la pasada madrugada herida grave con quemaduras en el incendio de su vivienda en Molina de Segura había sido rescatada por dos vecinos del interior de la casa en la que se produjo la deflagración, pero regresó al piso para coger pertenencias. Los inquilinos aseguran que la mujer, que estaba separada, vivía sola en el inmueble y que, tras volver a su casa, permaneció al menos diez minutos en su interior. «El edificio tembló por completo, fue como una bomba», resalta Ángel, uno de los vecinos de la cuarta planta.

«La explosión se ha escuchado a bastantes metros a la redonda», según Daniel, uno de los inquilinos de la séptima planta. «Me puse la primera ropa que tenía a mano porque se escuchaban los gritos de que saliésemos del edificio», según este vecino.

Muchos de ellos tuvieron que dormir, los que pudieron, en viviendas de familiares y conocidos. Todavía ayer a mediodía en el interior del edificio se conservaba la ceniza y el fuerte olor a humo impregnado en las paredes. Casi todo el techo de la sexta planta, donde ocurrió el fuego, estaba completamente calcinado.