Un sexagenario, vecino de Calasparra, perdía la vida ayer por la mañana al precipitarse de un tercer piso tras, presuntamente, acuchillar a su hijo, de 33 años de edad, en el domicilio familiar.

Los hechos ocurrieron en la calle Secano de la citada localidad, sobre las nueve menos cuarto de la mañana, hora a la que Emergencias recibía la llamada de una mujer para alertar de que un hombre, su esposo, se había arrojado desde la terraza de un tercer piso y estaba inconsciente.

Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Local de Calasparra, que descubrieron el cuerpo de un hombre en el suelo, bajo la terraza. Estaba muerto.

Según informan fuentes cercanas al caso, esta persona se habría tirado por la terraza del domicilio tras atacar con un arma blanca a su propio hijo. En la vivienda residía el matrimonio y su hijo, el cual tenía antecedentes policiales, tanto por delitos contra el patrimonio como con problemas relacionados con estupefacientes, apuntan fuentes próximas a la investigación.

La señora no habría sido testigo directo de lo sucedido, sino que se encontró con la escena al llegar a su casa. La Policía Local acordonó la calle, donde vecinos y curiosos fueron dándose cita. El padre, a falta de los resultados de la autopsia, habría fallecido en el acto, del golpe al caer al asfalto.

A la vivienda se desplazó una ambulancia, que llevó al hijo, herido, al Hospital del Noroeste, en Caravaca de la Cruz. De ahí, a las pocas horas se decidía su traslado al Virgen de la Arrixaca de Murcia, desde donde fue llevado a un tercer hospital: el Reina Sofía, también en la capital de la Región. Fuentes sanitarias detallaron ayer por la tarde que el herido, Antonio M. M., había sido intubado y su estado era muy grave. Presentaba varias cuchilladas, aunque la que más preocupaba era la que tenía en el tórax. Le drenaron el hemoneumotórax, le hicieron un TAC de control y al cierre de esta noticia continuaba en estado grave, aunque más estable, informan fuentes sanitarias.

Incredulidad vecinal

El Instituto Armado, cuerpo competente para hacerse cargo del caso, investiga el asunto como un episodio de violencia doméstica. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Caravaca asume el caso y las primeras sospechas son que se produjo una riña familiar en el transcurso de la cual el padre atacó al hijo con el arma. Los investigadores esperan poder tomar declaración al hijo, cuando los médicos así lo consideren y siempre y cuando sobreviva.

Padre e hijo se llaman igual: Antonio. En la localidad, el mayor de ambos, y a la vez presunto atacante, contaba con el cariño generalizado de sus vecinos, según indicaron ellos mismos a esta redacción. Sin justificar el ataque con arma blanca, detallan que el padre llevaría tiempo sufriendo por causa de los problemas de su vástago. Antonio M. M., el hijo, solía, en los días de Feria, trabajar de vendedor en el coso de La Caverina, en la localidad.

Vecinos de Calasparra aseguran que el padre «era una bellísima persona» y que lo sucedido es «una desgracia».

«Algunas veces entran desgracias a las casas y algunos hijos le buscan la ruina a sus padres», apuntaba una mujer, en referencia a la relación que tendrían desde hace tiempo padre e hijo.

La alcaldesa de Calasparra, Teresa García, expresó «una consternación enorme» ante «una noticia muy triste y desoladora». «Mandamos un fuerte abrazo y un mensaje de mucho ánimo y cariño a la familia, que están pasando por está situación tan triste», subrayaba la regidora, que manifestí sus condolencias.