La Audiencia Provincial de Murcia ha confirmado la sentencia de un Juzgado de Lo Penal de Murcia que condenó a un hombre a abonar una multa de 540 euros por decir a su vecina «quiero que me comas».

Los hechos ocurrieron en un edificio de Las Torres de Cotillas, cuando el hombre pidió a la mujer que la ayudase con una plancha de vapor, por lo que la invitó a su domicilio. Entonces, según se lee en el relato de hechos probados, «cerró la puerta y, estando ambos todavía en el pasillo interior, sin llegar a acceder siquiera al salón, ella caminando delante y él detrás, la giró y mientras se acercaba con los ojos cerrados le dijo: 'quiero que me comas'. La mujer reaccionó apartándolo y saliendo rápidamente de la vivienda».

El hombre fue condenado por un delito leve de coacciones y, además de la multa, se le impuso una orden de alejamiento: no podrá acercarse a menos de 300 metros de la víctima ni comunicarse con ella por vía alguna.

El condenado recurrió a la Audiencia Provincial de Murcia. Alegó que él no había dicho «quiero que me comas», sino «déjame que te coma».

El tribunal considera que la frase en sí es irrelevante, que «lo relevante es la situación que él mismo creó para acto seguido dirigirse a ella, ejercitando presión moral, para hacerle esa proposición de índole sexual». «Por ello da igual que le dijera una u otra frase», destaca la Audiencia, al desestimar el recurso del sujeto.