Salwa, la mujer asesinada este fin de semana en Águilas, presuntamente a manos de su propio esposo, murió de un tiro y no a cuchilladas, como primeramente determinó el forense. La autopsia del cadáver, en el Instituto de Medicina Legal, determinó este extremo. Los investigadores tratan ahora de dar con el arma del crimen, una escopeta, de la que el presunto asesino, ya detenido, se habría deshecho momentos después de los hechos, informan fuentes cercanas al caso.

Se da la circunstancia de que el sospechoso acababa de salir de prisión, tras cumplir una condena por tráfico de drogas. Los investigadores indagan en ese entorno, por si alguien relacionado con este mundo le prestó el arma de fuego con la que, presuntamente, disparó mortalmente a Salwa. El día del crimen, el acusado telefoneó al trabajo de su esposa para comunicar que ella se encontraba indispuesta y no podía ir.

El presunto autor del crimen machista pasará esta mañana a disposición del Juzgado de Instrucción nº 4 de Lorca.

El de Salwa es el segundo asesinato machista en la Región en lo que va de año, tras la muerte en Cartagena de Rosalía, a la que su marido este verano mató a martillazos cuando ella le presentó el divorcio. La mujer aguantó semanas en el Virgen de la Arrixaca de Murcia, tras ser operada de urgencia, pero no pudo sobreponerse a la gravedad de las heridas que tenía en la cabeza. Su agresor confeso, Juan M. G., está en prisión preventiva.