Los hechos tenían lugar sobre las cuatro menos diez de la mañana, hora a la que la Policía Local de Los Alcázares recibía un aviso por parte del 112 para alertar de que se estaba produciendo una reyerta: unas 15 personas se estaban agrediendo en la calle, con palos y piedras, informan fuentes cercanas al caso.

Asimismo, la Policía fue informada de que había una persona tirada en la carretera, sangrando. Al lugar se movilizó una patrulla, que encontró a un joven acostado en el asfalto, herido, con un traumatismo sangrante en la cabeza y sangre también en la boca, donde presentaba los dientes rotos, pese a lo cual se negó a ser llevado a un hospital.

Las pesquisas posteriores evidenciaron qué había ocurrido. El joven que luego fue hallado en la calzada iba en un coche con dos amigos, cuando vio, por la zona del pueblo donde se instalaba la feria, a su novia con un grupo de adolescentes. Esto al parecer le molestó, dado que estos menores integraban un grupo con el que tenía rencillas previas, hasta el punto de arremeter con el coche contra los menores: presuntamente estuvo a punto de atropellar a dos de los chicos.

Ante este ataque, los menores tomaron represalias: mandaron un mensaje al joven, quedaron en un sitio cercano y más de diez menores arremetieron contra él, hasta el punto que le golpearon con una piedra en la cabeza.

Testigos que llamaron a Emergencias para informar de la pelea que estaban escuchando explicaron que había un tumulto y que los implicados, que se encontraban profiriendo fuertes gritos, empleaban palos y piedras para agredirse mutuamente.

Sin detenciones

Al chico herido con la piedra se le investiga por un delito de conducción temeraria y además, dio positivo en las pruebas de alcoholemia, mientras que su agresor confeso, un menor, fue puesto a disposición de su madre. Los hechos fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía de Menores. El incidente se saldó sin arrestos.

Se da la circunstancia de que, para hacerle la prueba de alcoholemia al sospechoso, los agentes de la Policía Local de Los Alcázares tuvieron que pedir a sus homólogos de San Javier un etilómetro para realizar la prueba de alcoholemia a este individuo, ya que el de ellos no funcionaba.