Los servicios penitenciarios de Murcia II han constatado este miércoles que Patxi Ruiz, el preso de ETA que ha desencadenado una oleada de protestas y sabotajes, ha abandonado su huelga de hambre, según informan fuentes penitenciarias. El recluso ha desayunado esta mañana y los funcionarios han certificado que ha perdido cuatro kilos.

Patxi Ruiz se puso en huelga de hambre por las medidas de aislamiento --revertidas ya parcialmente-- adoptadas por el centro penitenciario para evitar la propagación del coronavirus. Su protesta llevó a organizaciones como ATA a convocar varias protestas. También se han dado episodios de sabotajes contra sedes de partidos políticos, así como en el domicilio particular de la líder del PSE, Idoia Mendia.

El pasado 24 de mayo, Patxi Ruiz regresó a Murcia II, quedando en cuarentena tras su breve paso por un hospital donde se le diagnosticó una leve deshidratación debido a la huelga de hambre que había iniciado a mediados de mayo y que desató la campaña de grupos cercanos al sector más duro del colectivo de presos de la banda terrorista, enfrentado también a EH Bildu.

El preso estuvo en el módulo específico de Murcia II para prevenir el contagio de coronavirus. La protesta la inició a mediados de mayo como queja por la gestión de la dirección del centro penitenciario para cumplir el protocolo común en todas las cárceles para evitar la propagación del virus.

Patxi Ruiz es un preso conflictivo e inestable con un largo historial de sanciones y expedientes en la cárcel, y cumple condena por su participación en el asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero. Tras solicitar un informe la Audiencia Nacional por una queja de su abogada, estuvo solo unas horas en el hospital, donde fue trasladado en ambulancia y bajo custodia policial.

Fuentes conocedoras de la situación de este preso señalan que su expediente en la cárcel cuenta con múltiples incidentes por plantes, insultos, coacciones y agresiones, incluso a otros internos. También tiene sanciones por introducir material prohibido.

Tras su protesta silenciosa en plena pandemia de coronavirus, que contó con apoyo de un grupo anarquista de Murcia, la dirección de la cárcel decidió cambiarle de módulo, aunque enviándolo a otro que también es de respeto. Patxi Ruiz está clasificado en primer grado o régimen cerrado, por lo que tiene restringida su vida en prisión y duerme solo en una celda.