El Ayuntamiento de Lorca, a través de la Concejalía de Sanidad y Consumo, ha iniciado las labores de fumigación que se están llevando a cabo con el objetivo de evitar la proliferación de insectos a causa de las altas temperaturas, propias de esta época del año, según el concejal responsable, José Ángel Ponce.

Este viernes está previsto realizar un tratamiento con adulticidas en el cauce del río Guadalentín a su paso por la ciudad, por lo que se recomienda a los ciudadanos que no utilicen dicha zona para pasear o realizar actividad física hasta las 10 de la mañana. Los trabajos continuarán desarrollándose durante las próximas semanas en puntos de especial incidencia.

Desde la concejalía de sanidad, responsable del control de plagas en el municipio y para el control de las poblaciones de mosquitos, según el concejal “estamos revisando y tratando semanalmente con larvicidas zonas como las piscinas municipales de La Torrecilla, el cauce del río Guadalentín, el antiguo complejo de La Quinta, los charcos que se producen en la zona de El Calvario, los encharcamientos en zonas de Campillo, el estanque de Doña Inés o la rambla que hay junto al campo de fútbol de Los Tollos en La Hoya.

El servicio de control de plagas, según el concejal está abierto a cualquier ciudadano que haya detectado un foco de mosquitos o cualquier otra plaga, como roedores o cucarachas. Puede ponerse en contacto con la Concejalía de Sanidad a través del teléfono 968 466542.

Por otra parte, el concejal de sanidad ha señalado que fruto de la colaboración activa del ayuntamiento con el Servicio de Sanidad Ambiental de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones de la Consejería de Salud, se ha reanudado el sistema de Vigilancia Entomológica para Ae.Albopictus, conocido comúnmente como mosquito tigre.

El pasado 28 de abril se llevó a cabo la primera puesta oficial de este año de ovitrampas. Este año, como novedad, se ha ampliado el muestreo a 10 puntos más del municipio incluyendo a las pedanías de Zarcilla de Ramos, La Paca y La Parroquia alcanzándose en la actualidad con 52 puntos de muestreo. Las trampas consisten en un recipiente de color negro con agua en su interior en el que se introduce una tablilla semisumergida a las que se añade pienso de conejo para atraer a la hembra de mosquito a realizar la puesta de huevos.