La comarca de la Vega Alta no ha registrado este año ni un solo episodio de contaminación por quemas de balas de paja y botes de parafina para combatir las bajas temperaturas en el campo. Una práctica que desde hace años, se ha convertido en habitual durante los meses de febrero y marzo en explotaciones agrícolas, y que la organización Ecologistas en Acción viene denunciando desde entonces.

Sin embargo, lamentan desde esta organización, el motivo por el que este año los habitantes de poblaciones como Cieza o Abarán no se han vuelto a ver atrapados, durante horas, en una densa nube de humo contaminante: "No es el control por parte de las administración regional y local sobre este tipo de prácticas (prohibidas), sino el azar".

Y es que este invierno las temperaturas mínimas no han bajado de los cero grados, y por tanto es la primera vez en 6 años que no se registran episodios de contaminación por este tipo de quemas agrícolas que se realizan cuando las heladas coinciden con la floración de variedades de fruta extratemprana. Variedades que, explican, se han introducido contra toda lógica en los últimos años en una zona en la que lo normal y previsible es que el termómetro baje de los cero grados durante esos meses.

Las quemas contra las heladas provocan inmensas nubes de humo que alcanzan a los núcleos de población cercanos como Cieza, el más afectado, disparando los niveles de contaminación hasta valores extremadamente altos (se han registrado concentraciones de PM10 de hasta 915 microgramos/m3, cuando el máximo permitido es 50 microgramos/m3), y poniendo en riesgo a la población, tal como vienen advirtiendo desde hace tiempo las autoridades sanitarias.

Para la organización ecologista no cabe duda de que, si se hubieran alcanzado temperaturas negativas, se habrían repetido los episodios de contaminación debido a la pasividad de las autoridades frente a estas prácticas. De hecho, advierten, en el mes de enero algunas fincas ya estaban preparadas para quemar. Y recuerdan que, sólo el invierno pasado (2019), se recurrió a estas quemas hasta en 4 ocasiones.

Esta pasividad de las administraciones ha llevado a la organización ecologista a registrar una queja ante el Defensor del Pueblo, quien actualmente tiene abierta una investigación sobre la actuación de la Comunidad Autónoma y el ayuntamiento de Cieza, y también recientemente ante el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo.