El hombre que atracó una oficina bancaria ubicada en Cabezo de Torres (Murcia) y que llevaba colocada una mascarilla contra el coronavirus dijo al interventor al entrar en la sucursal que iba a cobrar la pensión.

Finalmente, el atracador no se llevó los 21.600 euros que había metido en una bolsa al ser convencido por un guardia civil de que depusiera su actitud.

Así se recoge en las diligencias realizadas por la Guardia Civil, a las que ha tenido acceso Efe, en las que se indica que en esos momentos se encontraban en la entidad bancaria el interventor, el cajero y otro empleado, dos de los cuales fueron maniatados con cinta americana y llevados a los aseos.

El detenido, José Luis R.A., ha sido ingresado en prisión por una resolución del juzgado de guardia en la que se indica que reconoció los hechos y que alegó que cometió los mismos por un estado de necesidad, derivado de estar en paro desde hace varios años.

El auto judicial añade que se ha acordado la prisión provisional comunicada y sin fianza, como pidió la fiscalía, para evitar que pueda sustraerse a la acción de la justicia, para preservar el sosiego de los empleados de la caja de ahorros y por la gravedad de los hechos.

Señala el juzgado que el reconocimiento de los hechos podría ser considerado como circunstancia atenuante, pero que este no es el momento procesal oportuno para contemplar esa posibilidad.

Indican las diligencias que el detenido, que tiene 60 años de edad y está domiciliado en la pedanía murciana de El Esparragal, llevaba consigo una pistola que resultó ser simulada, pero que tenía la apariencia de ser de fuego real.

El atraco fue abortado porque la empleada de la limpieza, al llegar a la oficina, supo interpretar el gesto que desde el interior le hacía uno de los empleados para que llamara a las fuerzas de seguridad y porque uno de los retenidos en el aseo logró accionar el mecanismo de alarma y mostrar las manos atadas.

Tras la confesión de los hechos y pedir la fiscalía el ingreso en prisión del detenido, su defensa solicitó, sin conseguirlo, que esa medida fuese sustituida por otra menos gravosa, como la personación en el juzgado los días uno y quince de cada mes.

Para ello alegó que se trataba de una persona que tiene arraigo, que sus antecedentes penales están cancelados y que salud es delicada.