La Guardia Civil ha interceptado en Calasparra al conductor de un de una furgoneta que superaba nueve veces la tasa máxima de alcoholemia y carecía de permiso de conducir, informaron fuentes de la Benemérita en una nota de prensa.

Los hechos tuvieron lugar en la carretera RM-510, que une Calasparra con la carretera RM-715, cuando una patrulla del Destacamento de Tráfico de Caravaca de la Cruz que se encontraba prestando servicio de vigilancia de la seguridad vial observó que el pasajero del asiento delantero derecho del citado vehículo no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

Los agentes detuvieron el vehículo y apreciaron que su conductor aparentaba un comportamiento "claramente revelador" de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Así, solicitaron al conductor, un hombre de nacionalidad española, de 46 años y vecino de Yecla, la preceptiva documentación y comprobaron que carecía de toda clase de autorización administrativa que le habilitara para poder conducir el vehículo en el que se desplazaba.

A continuación, fue sometido a las pruebas de alcoholemia, en las que arrojó un resultado positivo de 1,35 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, sobrepasando nueve veces la tasa máxima permitida que en este caso, por carecer de permiso de conducción y equipararse a un conductor novel, es de 0,15 miligramos por litro.

El conductor, que se desplazaba desde Calasparra hasta un paraje cercano, fue investigado como presunto autor de dos delitos contra la seguridad vial, por conducir un vehículo a motor o ciclomotor sin haber obtenido nunca permiso o licencia de conducción y por hacerlo bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

El investigado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Caravaca de la Cruz para la celebración del correspondiente juicio rápido.

Dada la elevada tasa de alcoholemia que arrojaba el investigado, del vehículo se hizo cargo un familiar que, debidamente habilitado, tras someterse a su vez a la pruebas establecidas y verificar que reunía las condiciones reglamentarias adecuadas para hacerlo, pudo continuar el desplazamiento proyectado.

Asimismo, los guardias civiles también formularon una denuncia, ante la Jefatura Provincial de Tráfico, por no haber sometido el vehículo a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

El delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con tasas superiores a 0,60 miligramos por litro, se encuentra recogido en el artículo 379 del Código Penal y puede ser castigado alternativamente con penas de prisión de 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y, en cualquier caso, con privación de derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años.

A su vez, el delito de conducir un vehículo a motor o ciclomotor sin haber obtenido nunca permiso o licencia de conducción se encuentra recogido en el artículo 384 del Código Penal y puede ser castigado alternativamente con penas de prisión de 3 a 6 meses, multa de 12 a 24 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.MÁS DE 3.000 CONDUCTORES CONTROLADOS

Durante el pasado fin de semana y en los diferentes dispositivos de verificación de alcoholemia y drogas desplegados, la Guardia Civil ha controlado a un total de 3.180 conductores, de los que 56 arrojaron resultado positivo en alcohol.

Entre éstos se ha detenido o investigado a 11 conductores por hacerlo bajo la influencia de alcohol, que han sido puestos a disposición judicial, y el resto han sido denunciados por infracción administrativa ante la Jefatura Provincial de Trafico de Murcia.

Asimismo, se han localizado a otros cinco conductores que circulaban tras haber consumido drogas u otras sustancias estupefacientes prohibidas.