«Estamos amenazados y desesperados». Así describen vecinos de la calle Segura, en Los Alcázares (que prefieren no dar su nombre por temor a represalias), la situación que están viviendo con los okupas que les están entrando en un residencial, donde hay muchas casas del banco.

Estas personas, aseguran los residentes, están causando un verdadero «temor», dada su actitud violenta, la cual hace que los vecinos sientan que están «en peligro», manifiestan. Los vecinos afirman que estas personas actúan como auténticos «grupos organizados» que saben cuándo, en qué zona y cómo perpetrar los asaltos para tener techo gratis.

Los okupas «saltan de patio en patio» y ya se están «haciendo los amos» de toda un a hilera de viviendas en las que no residía nadie. «Estamos en un sinvivir», dicen los residentes.

Aunque hay quien sí les hace cara. Un vecino de esta misma calle lograba hace unos días ahuyentar a tres personas, a las cuales pilló in fraganti cuando trataban de okupar una vivienda de la zona.

La intervención de este residente hizo que los individuos se fuesen en un coche. Tras perderles la pista, el vecino llamó a la Policía Local. Hasta el lugar se movilizó una patrulla, que se entrevistó con el testigo, que explicó a los agentes cómo era el vehículo en el que se habían marchado estas personas. Los municipales se pusieron manos a la obra para dar con estas estas personas, a las cuales, por la descripción del turismo, localizaron en el otro extremo del pueblo.

Los agentes procedieron a la identificación de estas personas, dos de ellas vecinas de Archena y una cuarta de Los Alcázares. Cuando la Policía procedió al registro del vehículo, encontró en el maletero varios útiles que presumiblemente iban a ser usados en la okupación de la casa. Ahí estaba todo el kit del okupa: dos bombines, un cincel y un hacha, útiles que presumiblemente iban a ser empleados para colarse en la casa y ya quedarse dentro.

Estas personas, no obstante, no fueron arrestadas, pues no hay constancia de que hayan cometido delito alguno.

Agresión a un trabajador del agua

Se da la circunstancia de que en apenas unos días se han okupado ya, en la misma calle, tres domicilios vacíos. Se trata de casas que son propiedad del banco, algo de lo que los okupas son conscientes, y se aprovechan de ello.

Lo admitía este mismo verano el concejal de Interior de Los Alcázares, Pedro José Sánchez, preguntado por el problema de la okupación: en el caso de tratarse de la propiedad de un banco, «todos los trámites administrativos se diluyen un poco».

Al día siguiente de frustrar este vecino la nueva okupación, residentes en la zona acudieron a la empresa de suministro de agua y de electricidad, con el fin de comunicar que estos inquilinos sin papeles se habían enganchado ilegalmente. Cuando un trabajador de la empresa de suministro de agua acudió a la calle, okupas arremetieron contra él, aseguran vecinos y testigos, que destacan que estos inquilinos sin papeles llegaron a empujar al empleado, hasta que se marchó del lugar.

El problema, apuntan los vecinos, es que, hasta que un juez no autorice a que se corte el suministro a estos okupas, no se le puede dejar sin luz ni agua.