«Estamos muy sorprendidos, porque no pensábamos que alguien fuera capaz de hacer una cosa así». De esta manera se expresa el alcalde de Lorquí, Joaquín Hernández, a propósito del uno de los robos que más han impactado al pueblo en los últimos tiempos: el de la corona del Niño Jesús que lleva en su brazo la Virgen del Rosario.

«No sabemos nada», insiste el regidor cuando se le pregunta por cómo va la investigación del caso, del que se ha hecho caso la Benemérita. El Servicio de Patrimonio de la Guardia Civil de la Región, cuya labor se pone como ejemplo en toda España, ha recuperado, desde su puesta en marcha, más de 200.000 piezas, más de 70.000 de ellas completas. Ahora trabaja para tratar de dar con esta pieza, que tiene un especial valor sentimental para los habitantes de Lorquí.

Se da la circunstancia de que en la Iglesia de Santiago Apóstol («una iglesia pequeña, pero muy bonita», apunta el alcalde), donde se venera la imagen, no hay cámaras, lo cual complica a priori la investigación. Esta parroquia, subraya el alcalde, está «a disposición de todos», incluidas las estancias que no son propiamente del templo. En el caso de la Virgen del Rosario, una obra de arte sacro que se encargó en 1939 al imaginero murciano Juan González Moreno (y que fue sustituida en 1959 por otra encargada a Lozano Roca), se encontraba en una dependencia contigua a la iglesia cuando se echó en falta la corona que llevaba el Niño.

Lo que más sorprende al regidor es que, según adelanta, los investigadores «creen que es gente cercana, del entorno» la que está detrás de un hecho que duele especialmente a «la gente que tiene mucha fe», comenta.

Hernández mantiene la esperanza de recuperar intacta la corona y precisa que la Benemérita está rastreando por Internet, por si a los ladrones les hubiese dado por intentar vender la pieza en el mercado negro. «Sí, yo creo que sí», insiste, cuando se le pregunta si cree que la joya regresará. No obstante, si la pieza no aparece «tomaríamos la decisión de hacer una nueva», según manifiesta. De momento, espera buenas noticias. Sea como fuere, el primer edil sigue sin explicarse cómo alguien es capaz de «robarle a una imagen», y menos aún que haya sido uno de los vecinos de esta localidad de la Vega Media de apenas 7.000 habitantes.