Miles de personas no faltaron a su cita con la música de raíz, la tradición oral y las costumbres populares en Barranda, acudiendo a la 42 edición de la Fiesta de las Cuadrillas, que organizan los animeros de Barranda en colaboración con instituciones y empresas. Pero las Cuadrillas de Barranda, declaradas Bien de Interés Cultural y Fiestas de Interés Turístico Nacional, son algo más que un simple encuentro de grupos musicales, mucho más que una experiencia turística, incluso más sí cabe que el descubrir los paisajes y la gastronomía de la zona. Las Cuadrillas de Barranda son la reivindicación más viva de nuestro pasado, del mundo rural y de unas gentes que siguen gritando año tras año que son los custodios de nuestras raíces. En definitiva, la declaración más viva de la existencia de una 'España Vaciada' que no quiere morir.

Arropando el festejo estuvo el alcalde de Caravaca, José Francisco García, quien estuvo acompañado por la Consejera de Educación y Cultura, Esperanza Moreno. Tampoco faltaron los directores generales Juan Francisco Martínez, Rafael Gómez, Francisco Abril y Sergio López, así como los diputados Diego Conesa, Víctor Martínez-Carrasco y Consa Martínez.

En esta edición estuvieron presentes en la pedanía caravaqueña once grupos, dos de Albacete y nueve murcianos. Intervinieron los Animeros de Caravaca, Cuadrilla de Torreagüera, Cuadrilla de Aledo, Cuadrilla de San Juan Bautista, Animeros de Cehegín, Cuadrilla de Beniel, Ronda de Los Llanos, Cuadrilla de la Cuesta de Gos, Cuadrilla del Campo de San Juan, El Sabinar y Calar de la Santa, Moratalla y Aguilanderos de Barranda.

Desde 1979, el último domingo de enero se celebra la Fiesta de las Cuadrillas, dentro de las celebraciones de la Virgen de la Candelaria, patrona de Barranda. Este festejo tiene un escaparate permanente en el Museo de la Música Étnica de Barranda-Colección Blanco Fadol, donde se recoge una muestra de instrumentos de los cinco continentes.

La existencia de esta fiesta, que facilita la reunión de músicos de diferentes lugares, algunos de los cuales hacía tiempo que habían dejado de realizar esta música, revolucionó el mundo de las cuadrillas: hizo que muchas de las que prácticamente habían desaparecido y que vieron que su forma de hacer fiesta era válida en nuestros días, volvieran a reunirse, desempolvaran o compraran nuevos instrumentos, y renovasen ese aspecto fundamental de la cultura que es la transmisión oral, juntándose los mayores a enseñar a los más jóvenes y animándose a repetir ritos tradicionales en sus pueblos y a crear nuevos certámenes de cuadrillas en sus localidades. También la música tradicional y por extensión, la Fiesta de las Cuadrillas, suponen algo atípico hoy día, y es que niños, jóvenes, mayores y ancianos disfruten juntos de una misma manifestación.