Miles de españoles tuvieron que exiliarse durante la Guerra Civil Española. Cuántas veces hemos leído y oído esta frase en clase de historia, los más afortunados lograron sobrevivir en otros países mientras que otros acabaron en campos de concentración.

La primera vez que oigo hablar de un familiar que estuvo y murió en un campo de concentración es en enero del 2009 cuando en un titular de La Opinión (4/enero) se busca a los descendientes de aquellos españoles. Hasta ese momento, nadie me había comentado nada y a partir de ese momento comienzo a tratar de saber que fue lo que realmente pasó. Aquello me llevo a conocer su nombre, unos pocos datos personales y que marchó a la guerra para no volver.

El año pasado, en el especial de las fiestas patronales (20/ enero) se ofrecían algunos datos y tras la publicación en el BOE (9/ agosto/2019, pág. 132) del listado de fallecidos en campos de concentración, mi curiosidad se despertó de nuevo. Y en unos meses de investigación he podido trazar más o menos lo que fue su vida. De él solo sabía que era mi tío-abuelo, unos pocos datos personales y el hecho de que había estado cautivo en Mauthausen (Austria), y trasladado a Gusen, donde falleció.

Antonio nació en Ricote un 18 de Octubre de 1913, sus padres Mariano Yepes Hurtado y su madre Esperanza Moreno Cánovas contaban ya con tres hijos: José, María y Juana y fue bautizado como Lucas Antonio; fue el cuarto de cinco hermanos, tras él nacería Francisco Yepes Moreno e imagino una infancia feliz correteando y jugando con ellos.

Al estallar la guerra civil fue llamado a filas junto al resto de jóvenes que tenían la edad exigida, en ese momento él tenía 22 años.

Al termino de la misma decidió quedarse a vivir en Cataluña y aunque me consta que mi abuelo José le insto a volver a casa, él se quedo en Montblanc (Tarragona).

En febrero del 39 cae Cataluña, un paso más hacia lo que ya pocos dudan que suceda, la derrota de la República. En estas circunstancias, más de medio millón de personas cruza los Pirineos en busca de asilo. Aproximadamente 150.000 de ellos son soldados que han combatido en el lado republicano.

Es en abril de 1939 cuando el gobierno francés estableció la obligación para los refugiados extranjeros de edades comprendidas entre los 20 y 48 años de proporcionar prestaciones equivalentes al tiempo que los ciudadanos franceses pasaban cumpliendo con el servicio militar y dio origen a las compañías de trabajadores extranjeros CTE (unidades militarizadas que desempeñan tareas relacionadas con obras defensivas en las fronteras y campamentos militares), siendo los españoles el contingente más numeroso.

En mayo de 1940, los españoles de ocho Compañías de Trabajo (111º, 112º, 113º, 114º, 115º, 116º, 117º, 118º y 119º) vivieron el drama de Dunkerque (Francia): los alemanes avanzan hacia Francia atrapando a las tropas aliadas y la mayor parte de ellos murieron defendiendo las posiciones de Bray-les-Dunes y los que no lo hicieron fueron capturados.

Antonio estuvo en la 117ª y fue capturado por los alemanes. En junio de 1940 fue internado en el campo de prisioneros (Stalag) XII-D Treves donde le fue asignada la matricula 57062, Desde aquí sería trasladado al campo de concentración de Mauthausen (Austria), el convoy parte de Treves el 22 de enero de 1941, junto a 775 republicanos de los cuales mueren 583. Antonio recibe el número 4091 y es clasificado como 'Rotspanienkámpfer' (soldado rojo español).

.A partir del momento en que suben al tren los republicanos españoles, sin saberlo, han dejado de ser prisioneros de guerra y se van a convertir en simples números, sin derecho a nada, a los que hay que agotar físicamente en el trabajo y después exterminarlos. Todos los trenes aunque partan de distintos puntos tienen un mismo destino, la estación de un pueblo austriaco junto al Danubio, Mauthausen.

Una vez internado en el campo de concentración el recluso quedaba completamente aislado del mundo exterior, y despojado de su identidad. Se le borraba el nombre y se le asignaba un número, que los prisioneros tenían que aprender en alemán para identificarse mediante él.

Seguidamente les afeitaban la cabeza y todo bello del cuerpo, para evitar así la propagación de piojos, pero también con el objetivo de eliminar toda individualidad y por lo tanto para deshumanizarlos. Tras este paso, cada preso recibía un informe de prisionero (más conocido como el pijama a rayas), que llevaba cosido a la izquierda del pecho un triángulo de color, que caracterizada la causa de la reclusión en el campo. En el caso de los españoles, llevaron el triángulo azul, que describía a los apátridas. Además dentro del triángulo, se colocaba una inicial que vislumbraba la nacionalidad del deportado. Los españoles llevaron la letra 'S' de Spanier en color blanco. También recibían un gorro, que era muy importante ya que tenían que saludar cortésmente a los SS que pasaban cerca del prisionero (quitándose el gorro y llevándose al pecho).

Mauthausen estaba considerado como el único campo de exterminio III, «la aniquilación a través del trabajo».La peor categoría, Estaba dedicado a crear mano de obra esclava y era uno de los lugares más temidos por los deportados. Los prisioneros trabajaban once horas al día en canteras de granito para crear los materiales para las monumentales construcciones de Hitler o trasladados a empresas, sobre todo de la industria bélica.

A finales de enero de 1941 un destacamento de españoles constituido por los que parecían no estar aptos para trabajar debido a su mal estado de salud, fueron enviados a Gusen (situado a 5km).Gusen era el duplicado de Mauthausen, el espanto duplicado: pocos eran los que lograban sobrevivir al horror vivido allí. Tenía el triste privilegio de ser el campo donde mueren más republicanos españoles de todos los campos de concentración.

El 17 de febrero de 1941 parte un nuevo destacamento de Mauthausen a Gusen, en él iba Lucas Antonio Yepes, a su llegada recibió la matricula 10098.

El lunes 2 de febrero de 1942, Antonio fallecía junto a 43 españoles más.

Los republicanos españoles que son asesinados en Gusen mueren según los partes oficiales de defunciones de los S.S. por 'motivos naturales : el morir como consecuencia de la mala alimentación, los trabajos forzados y los tratos vejatorios e inhumanos a los que se veían sometidos era considerada como una muerte natural (así eran inscritos en el libro de defunciones).

Cada fallecido era registrado con su número de matrícula, nombre de la víctima, el lugar o fecha de nacimiento, la causa de la muerte y la fecha oficial de la muerte.

De los 7.189 españoles que estuvieron en Mauthausen y Gusen sobrevivieron 2.189. 213 murcianos murieron en Gusen y entre ellos un ricoteño. Antonio Lucas Yepes Moreno a la edad de 28 años. Tres meses después, en mayo de 1942 falleció en Ricote su madre Esperanza Moreno Cánovas, tal vez de tristeza por el hijo que marchó a la guerra y no volvió.

La noticia de su fallecimiento llegaría a Ricote bastantes años después. De alguna manera creo que, recuperando su historia, he puesto mi granito de arena para conservar viva la memoria de un hombre que, como tantos miles de españoles, luchó por la libertad y sufrió por ello un calvario inenarrable. Para mí ha resultado gratificante y doloroso a la vez, conocer a través de documentos, fotografías y muchas horas de biblioteca encajar tantos retazos de información en unas pocas líneas, rescatar del olvido a un joven que partió de Ricote para defender sus ideas y el calvario que sufrió por ellas.

Por eso, si tenéis algún antepasado enterrado en una cuneta, desaparecido durante la guerra o que pasara por el tormento de los campos de concentración, os animo a que le saquéis del olvido.