El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, ha inaugurado el Centro de Investigación de Ecología Industrial para el estudio del uso de insectos como bioconversores de la empresa Entomo Agroindustrial, "con el que la Región de Murcia se convierte en referente europeo, al nivel de países pioneros en investigación e innovación como Francia o los países nórdicos".

La Planta Piloto es una estructura muy flexible que permitirá llevar a cabo las validaciones requeridas para crear los modelos de transferencia tecnológica para los clientes de la firma, así como experimentar con nuevas tecnologías que optimicen sus sistemas y generen nuevos sistemas de producción con los siguientes objetivos: Producción de BSF, validación y reducción de los residuos, función escaparate y realización de investigaciones.

El modelo se basa en la aplicación industrial de Hermetia illucens (mosca soldado negra) como conversor de materia orgánica. Esta especie ha sido seleccionada por su alta capacidad de conversión de gran variedad de residuos de diferente índole, por permitir su producción industrial a densidades muy elevadas, y por no considerarse una plaga o un insecto que pueda tener un impacto negativo en el medio ambiente.

En este último caso, las investigaciones, se llevarían a cabo experimentos rápidos para optimizar procesos, desarrollar nuevos productos y probar algunas de nuestras ideas en poco tiempo. Estas investigaciones nos permitirían participar en congresos, publicaciones de ponencias, y en general crear y mantener una imagen científica que respalde las transferencias tecnológicas.

López Miras, que también se reunió con la alcaldesa del municipio, Alicia del Amor, señaló sobre la nueva planta que este "es un ejemplo de trabajo por un nuevo modelo económico y social más natural y sostenible para toda la Región", quien explicó que "el Gobierno de la Región de Murcia está al lado de quienes invierten en investigación, innovación y desarrollo". En este sentido, puso en valor la puesta en marcha en 2017 de una estrategia integral encaminada a incentivar y dirigir a administraciones, empresas, instituciones y organismos y centros de investigación hacia un modelo de Economía Circular, basado en un uso sostenible de los recursos.

Producción Piensos

El objetivo es la generación de diversos productos con valor añadido, partiendo de residuos, y empleando a los insectos como biofactorías.

Entre los residuos que ya hemos valorado en mayor o menor medida, están aquellos provenientes de la hostelería, residuos vegetales provenientes de cultivos hortícolas, frutos de estrío de cultivos hortícolas o frutales, subproductos de la industria vitivinícola (pieles y sedimentos de levaduras), de la industria cervecera (bagazos y sedimentos de levaduras), residuos obtenidos en la obtención de azúcar de caña, melaza o remolachas, Residuos de industrialización de aceite de oliva o aceites provenientes de semillas, etc.

En este modelo de valorización, un residuo, o un grupo de ellos, son previamente caracterizados y bien por separado, o bien diseñando una mezcla balanceada de todos ellos, son dispuestos en el sistema de producción. Sobre este alimento se dispone una cantidad establecida de larvas, que en un ciclo de sólo 12 días son capaces de incrementar su masa en 50 veces.

Esta masa larvaria es posteriormente procesada para obtener productos con valor añadido, como harinas desgrasadas con un alto contenido proteico, ácidos grasos, compost, etc.

Actualmente la legislación permite la inclusión de este tipo de harinas en alimentación animal, para mascotas y acuicultura, y para consumo humano (previo registro), siempre que se empleen residuos mayoritariamente de origen vegetal. Se espera que para 2020 sea permitida su inclusión en piensos para animales monogástricos. Ya se han descrito científicamente las ventajas de la inclusión de este tipo de harinas en piensos animales.

La ventaja competitiva de este modelo es clara: partimos de un residuo con poco valor, y obtenemos una batería de productos con valor añadido en un ciclo biológico de sólo 12 días, sin producir contaminantes o sub-productos indeseados.

Tratamiento de materia orgánica

La aproximación es similar al modelo de valorización, pero subrayando que el objetivo es la reducción del residuo aprovechando la capacidad de conversión del insecto, y no la generación de productos con alto valor añadido.

En este modelo seleccionaríamos residuos como estiércoles provenientes de ganadería (con especial interés en la gallinaza), purines, lodos provenientes de EDAR, digestatos, etc. Estos residuos plantean una problemática continua no sólo para los productores de estos residuos, si no para las gestoras que deben recolectarlos y procesarlos.

En este proceso, tras la caracterización de los residuos, éstos se introducirían en el sistema (mezclados o no con otros residuos), y una cantidad determinada de larvas serían establecidas sobre los residuos. En este caso, el ciclo larvario se alargaría a unos 20-27 días, ya que el contenido nutritivo de estos sustratos de alimentación es mucho menor, y la masa larvaria obtenida también será inferior.

Ambos objetivos deberán ser cuantificados y validados, ya que dependen de la mezcla especifica de residuos, cuan estándar es y su manejo previo y posterior. Por ejemplo, el lapso de tiempo total (almacenaje, transporte, temperatura, etc) previo ser todo mezclado y la aplicación de las larvas puede tener un efecto sobre el pH, y esto a su vez la cantidad y eficacia de las larvas.

La ventaja técnica de utilizar larvas de la especie Hermetia illucens es que haciendo mezclas 'ideales' de diferentes residuos, se pueden procesar mezclas que no podrían ser tratadas de otra forma o a costos muy altos.

La ventaja competitiva de este método de tratamiento es que se pueden desarrollar variantes para cada mezcla según las necesidades de cada región geográfica especifica; o requisitos legislativos. Abre un mercado hasta ahora no atendido y explorado.