El ayuntamiento de Lorca rindió ayer homenaje a alrededor de 40 de las personas que el 19 de octubre de 1973, siendo soldados en el Regimiento de Infantería, Mallorca 13, contribuyeron a evitar que perecieran ahogados muchos niños y ancianos del barrio de San Cristóbal, como consecuencia de la riada que se registró ese día y en la que murieron un centenar de personas entre Lorca y Puerto Lumbreras.

Durante el acto, que tuvo lugar en la sala de cabildos del consistorio, María Dolores La Torre, funcionaria municipal, que en aquella fecha tenía 9 años de edad, tuvo ocasión de dar las gracias y fundirse en un abrazo con el soldado que la salvó en el colegio donde estudiaba, el Sagrado Corazón, del barrio de San Cristóbal.

Se encontraban en la veintena. Hacían la mili en el Regimiento de Infantería Mallorca 13, asentado en el acuartelamiento Sancho Dávila, concretamente en la plana mayor del segundo batallón a las órdenes del entonces capitán Pascual Del Vas Gázquez, cuando, atendiendo al toque de generala, un 19 de octubre de 1973 por la tarde, fue requerida su colaboración para salvar vidas al haberse desbordado el río Guadalentín a la altura del barrio de San Cristóbal, afectando, entre otros, la residencia de ancianos de San Diego y el colegio Sagrado Corazón.

Prudencio Mulero, uno de los héroes de aquella trágica jornada, recuerda que ayudó a muchos niños, ancianos y monjas a ponerse a buen recaudo, pero no sabía que 46 años después, una niña, que en aquella fecha tenía 9 años de edad, le iba a poder dar las gracias directamente por su heroica hazaña y fundirse en un abrazo con él por haberle salvado la vida.

«Le he reconocido enseguida»

Ese emotivo momento tenía lugar ayer en la planta baja del Consistorio donde trabaja como funcionaria. María Dolores La Torre recuerda que «estábamos agobiados porque el agua había subido hasta la tercera planta del colegio. Recuerdo que nos pusieron en fila y vimos llegar a los soldados que fueron nuestros salvadores y dioses en ese momento». María Dolores recuerda asimismo que «me había salvado un hombre joven, moreno, con bigote y ojos claros y lo acabo de encontrar. Sé que es él porque me ha enseñado la foto de entonces y lo he reconocido».

Prudencio Mulero, natural de Totana recuerda que «el día estaba muy nublado, se puso feo y comenzó a llover mucho. Fue entonces cuando pidieron voluntarios para ir a sacar niños y ancianos de un colegio y de una residencia de ancianos. Entramos con muchas dificultades y a continuación nos trasladamos a Puerto lumbreras a sacar personas que habían fallecido». Recuerda que el hecho de ser una persona de alta estatura le permitió superar el agua que se acumulaba y sacar a muchos niños, ancianos, monjas y madres de los pequeños. Lo hicieron a hombros mientras que a los ancianos los sacaron en sillas. Mulero reconoce que es el primer reconocimiento que les hacen pero les da igual porque «todos nos sentimos muy satisfechos de haber contribuido».

Los asistentes al acto de este miércoles proceden de distintos puntos de la Región: Lorca, Totana, Beniel, Jumilla, Cieza, etc. El Ayuntamiento de Lorca, con la representación de todos los grupos políticos, decide ahora homenajearlos. Se les hizo entrega de un recuerdo de Lorca con un libro y fotografías de la ciudad. Como curiosidad lucieron durante el encuentro sus fichas con los datos y la foto en las que aparecen vestidos de militar. Hubo un especial recuerdo a los compañeros fallecidos.