­Calasparra es un pequeño pero, a la vez, gran pueblo donde, además de respirar un inmejorable ambiente taurino, es fácil abstraerse del tiempo visitando los muchos y bonitos rincones que ofrece.

Visita obligada es el Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza, con su Ermita enclavada en la roca y rodeado de un entorno natural inigualable. Su belleza es sobrecogedora y en él se crea un espacio de silencio, ajeno a las prisas y ruidos del exterior, respirándose una sensación de espiritualidad indescriptible. Se trata de uno de los lugares más bonitos que se pueden visitar. La calma, unida al espacio único, hacen querer volver una y otra vez a experimentar esas sensaciones de paz.

También es importante no dejar pasar la oportunidad de recrearse con el patrimonio histórico, arquitectónico y arqueológico del municipio, visitando, entre otros, el Castillo, el yacimiento de Villa-Vieja, el Molinico, La Encomienda o la Torre del Reloj.

Calasparra tiene también una amplia oferta museística, entre los que destacan el Museo Arqueológico, el Museo del Arroz y el Museo de la Fundación Emilio Pérez Piñero.

Una de las maravillas de la naturaleza que se puede ver es la Cueva del Puerto, la cueva con mayor recorrido longitudinal habilitado al turismo de la Región y una de las más importantes de España, con unas salas impresionantes, que le ha valido para ser catalogada en la guía de las grandes cuevas del mundo.

Este pueblo enclavado en la comarca del Noroeste asombra al visitante con el impresionante paseo fluvial por el río Segura, que ofrece la posibilidad de contemplar los arrozales y, atravesando el Cañón de Almadenes, permite realizar una pequeña parada para recrearse en los Abrigos del Pozo observando unas pinturas rupestres con más de 7.000 años de antigüedad, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que desde ahora cuentan con una guía de visita editada por el Ayuntamiento de Calasparra, centrada en las pinturas rupestres de los Abrigos del Pozo, una de las manifestaciones más importantes del arte rupestre del arco mediterráneo, que está dentro de la Red Natura 2000 y del itinerario Cultural Europeo.

Las aguas sosegadas del río Segura, a su paso por Calasparra, brindan perspectivas de la naturaleza idílicas, capaces de crear paisajes casi mágicos, como el Bosque Galería, una reserva natural que representa el único bosque caducifolio existente en la Región de Murcia. Unas aguas cristalinas que bañan las tierras donde se cultiva el producto emblemático de la localidad, el Arroz.

También destaca la chimenea volcánica del Cabezo Negro. Un sorprendente lugar de interés geológico acondicionado para las visitas turísticas. El afloramiento volcánico se ubica justo al inicio de la carretera que conduce al santuario de la Virgen de la Esperanza y posee una belleza muy poco común.

Y, hablando de arroz, se aconseja hacer una pequeña parada en la visita a este bonito y acogedor pueblo para disfrutar de la magnífica gastronomía local. El Arroz de Calasparra está considerado uno de los mejores del mundo, y los arrozales son otro sorprendente paraje donde perderse a ratos estos días. El cultivo del famoso cereal va de los meses de mayo a octubre, y es en este momento cuando más llamativo está, al contar el coto donde se siembra con un color verde intenso de lo más extraordinario. El paisaje único se puede contemplar desde diferentes miradores o desde el propio coto; un paseo sosegado y cautivador que no deja indiferente a nadie.

Calasparra es un pueblo que cautiva al turista e invita a disfrutar. ¡Visítalo y compruébalo!