En este caso la banca no siempre gana y la justicia, en concreto el Juzgado de 1ª Instancia nº 64 de Madrid da la razón a un grupo de caravaqueños en la demanda presentada contra la casa de apuestas multinacional Bet365.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, se estima «el carácter abusivo de las condiciones indicadas por los demandantes, que fundamentan el cierre o las restricciones aplicadas a determinados usuarios sin alegar causa o motivo, sin que la alusión genérica a prácticas colusorias o fraudulentas puedan amparar tal discriminación respecto al resto de apostantes». «Las cláusulas no responden a un mandato legal al exceder de los límites de control previstos y permitir la actuación arbitraria de la operadora en perjuicio de los consumidores», subraya el Juzgado.

«Un perfil apostador ganador no puede amparar el establecimiento de condiciones abusivas sin ninguna otra circunstancia que las justifique y sostenga», se lee en la citada sentencia.

El abogado Borja Fernández, que representa a este grupo de personas de Caravaca recuerda que «se trata de un sector totalmente en auge y desde hace unos años nos dimos cuenta que el modus operandi de las casas de apuestas se basaba en la publicidad masiva, pero querían gente que solo perdiese su dinero».

En este sentido, explica que «en el momento que sospechaban o veían que algún jugador estaba apostando de manera ordenaba, de manera consciente de lo que hacía o bien cerraba su cuenta o la limitaba para dejarle apostar en torno a un euro», unas cláusulas que están en todas las casas de apuestas de manera generalizada. Esto se debía a una cláusula que se firmaba cuanto un usuario procedía a la apertura de una cuenta. A día de hoy se considera que hay cientos de miles de afectados en todo el mundo.

La demanda nace cuando un grupo de usuarios, la mayoría de Caravaca de la Cruz, se juntan y se ponen en contacto con el letrado ciezano para emprender la acción judicial. «Lo que parecía una locura hace dos años, hoy es una realidad y hemos conseguido que la justicia nos de la razón», manifiesta Fernández. La consideración judicial de 'cláusula abusiva' es que deja el contrato al arbitrio absoluto de la casa de apuestas y vincula el mismo a la única voluntad de la casa de apuestas.

Lo que es lo mismo: que la casa de apuestas puede cerrar la cuenta en cualquier momento y por cualquier motivo. «Nos hemos basado en que los apostantes son consumidores, por lo que es de aplicación la legislación de consumo, como si de un producto bancario se tratase», pone de manifiesto el abogado.

Un procedimiento que abre el camino a que los miles de afectados, sabiendo que son usuarios susceptibles de protección, puedan acudir a un juzgado y puedan apostar con los límites que establece la ley. «No queremos otra cosas más que se apliquen las mismas reglas del juego a todo el mundo», dice el letrado, matizando que «no puede ser que a los que apuesten de manera inconsciente se les incite a seguir apostando y seguir perdiendo, mientras que a los que ganan se les bloquea la cuenta argumentando que, si todos firmamos los mismos contratos, todos debemos de apostar en las mismas condiciones», concreta Borja Fernández.

Aunque se ha ganado la primera batalla, la guerra todavía se prevé muy larga para que las casas de apuestas cambien esta cláusula abusiva.

«Como hoy en día es una cantidad ínfima de apostantes los que han iniciado un procedimiento judicial, se entiende que no se cambiarán sus condiciones, que seguirán imponiendo estas cláusulas a todos sus apostantes», explica el letrado, que incide en que de aquí a un tiempo «conforme vaya creciendo el número de personas que hagan valer sus derechos las casas de apuestas tendrán que hacer algo, que conllevará en muchos casos a cerrar los mercados en donde hay gente que se especializa y que apuesta como si de un estudio de mercado se tratase».