Ha fallecido en Madrid a los 73 años de edad, el neurocirujano lorquino, Pedro Antonio Ruiz Barnés, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la Ciudad del Sol en el año 1999, fecha en la que el ayuntamiento le hizo entrega de la distinción, por unanimidad de todos los grupos políticos representados en el consistorio. Dos años después, la Asociación Amigos de la Cultura le homenajeó con la entrega del Premio Elio.

El cadáver del insigne lorquino será incinerado este lunes en la capital de España y sus restos serán trasladados después hasta su ciudad natal donde reposarán.

Pedro Antonio Ruiz Barnés fue Jefe de Neurocirugía de la Fundación Jiménez Díaz y de la Clínica de la Concepción de Madrid donde ejercía su trabajo.

Nació en enero de 1946 en la calle Redón del barrio de San José. Sus primeros estudios los llevó a cabo en la escuela del Caño después de haber realizado el parvulario en el colegio de San Fernando. A los 10 años ingresó en el instituto "J. Ibáñez Martín" y de ahí pasó a la Universidad de Murcia donde obtuvo el Premio Extraordinario de Bachillerato. En el año 1963 se trasladó a Madrid con una beca que obtuvo en el colegio Mayor Pío XII de la capital de España.

En el año 1972 contrajo matrimonio con su compañera de curso Pilar Zurita de Córdoba y al año siguiente se trasladó al Servicio de Neurocirugía de la Clínica de la Concepción.

Aparte de su dilatada trayectoria profesional, Pedro Antonio Ruiz Barnés, destacó siempre por su lorquinismo, llevando el nombre de la Ciudad del Sol por cuantos lugares visitaba por el mundo.Cuando tan solo han transcurrido unas horas desde su fallecimiento ya hay voces que se alzan pidiendo un homenaje popular por la faceta, sobre todo humana, que ha desarrollado durante el tiempo que ha permanecido en Madrid como profesional de la sanidad. Hasta la capital de España han sido muchos los lorquinos que se han desplazado para ponerse en sus manos con la garantía de que iban a salir adelante en su enfermedad. Cuentan quienes lo conocieron de cerca que cuando le informaban de que alguien quería acudir a su consulta, lo primero que decía era :"que se venga inmediatamente para Madrid", donde lo atendía y trataba de resolver su problema sin impedimentos de ningún tipo.

Cuando visitaba su ciudad natal de vacaciones no ponía tampoco obstáculo alguno para atender a los enfermos e incluso lo hacía cuando estaba en Águilas de veraneo.Era sobrino de la profesora Pilar Barnés, que da nombre a la biblioteca municipal y a la vez primo del catedrático Pedro Guerrero Ruiz.

Hay voces que proponen que el próximo hospital, clínica o centro médico que se abriera en Lorca, debería llevar su nombre. Otros afirman que confían en que la corporación municipal y la sociedad lorquina en general "sepan reconocer los méritos del doctor Ruiz Barnés declarándolo además, como ciudadano ejemplar".