Ha pasado un año desde la desaparición de Alberto Hernández Cortés. Fue la tarde del 4 de agosto de 2018 cuando se le vio por última vez después de que saliera a pasear por los alrededores de Casas Nuevas, en Sierra Espuña. Era algo que hacía de forma habitual, todas las tardes salía a pasear por el monte y siempre regresaba, aunque esa noche no llegó.

Desde el primer momento, coincidiendo además con las fiestas en la pedanía muleña, todos los vecinos, amigos y familiares se volcaron en la búsqueda de Alberto. Su teléfono móvil que le acompañaba cuando desapareció daba una última señal a escasos kilómetros de Casas Nuevas aunque el móvil nunca se encontró así como una pista que llevara a saber dónde estaba este joven.

Desde hace un año han sido muchas las labores de búsqueda que se han realizado, tanto oficiales como convocadas por los familiares que nunca han perdido la esperanza de localizar a Alberto.

Jero Hernández, hermano del joven desaparecido confirmaba, coincidiendo con el aniversario de su desaparición, que se siguen barajando dos hipótesis. Por un lado, que Alberto se desorientara o sufriera algún brote de la enfermedad que padecía y que siga en Sierra Espuña aunque las búsquedas realizadas no han dado ningún fruto. Es por este motivo por el que siguen demandando a deportistas y senderistas que visiten la sierra a que comuniquen cualquier indicio que pueda llevar a localizar al joven. Otra de las hipótesis es que Alberto esté en algún lugar del país.

Según Jero Hernández, se han recibido diversas comunicaciones que éste ha sido visto en la zona de Levante «pero nunca nadie ha enviado una foto o ha avisado a los cuerpos de seguridad ante esas pistas». En ocasiones, incluso, explica «llamamos al móvil de Alberto y algunas veces sale apagado y otras sin cobertura, pero, con las tecnologías nunca se sabe». La esperanza es lo que no pierden familiares y amigos del joven, que «es inofensivo», destacan. Cuando desapareció no llevaba más que su teléfono, por lo que siempre se ha descartado que pudiera marcharse por voluntad propia.

Los rastreos se han realizada en todo el entorno de la Sierra, incluyendo pozos y zonas de difícil acceso, así como el embalse de Pliego donde se sospechaba que pudiera estar.

Hasta el momento no hay ninguna pista que pueda llevar al joven, mientras, la familia sigue viendo pasar el tiempo y pensando en localizar finalmente a Alberto.