Corría el año 2017 cuando la Policía Nacional trataba de esclarecer si el siniestro juego de la Ballena Azul había llegado a la Región de Murcia. Investigadores de este Cuerpo trabajaban en determinar qué motivó a dos menores de 12 años de Molina de Segura a intentar quitarse la vida.

Los investigadores no descartaban entonces que las causas tras estos intentos de suicidio estuviesen en el entorno familiar de las pequeñas y no en la Red. De ahí que también hablase con sus allegados. Y es que una de las pequeñas implicadas contó que su propia madre le estaba pegando. Asimismo, dijo que sufría bullying.

Además de la Policía Nacional, los Servicios Sociales se dejaron la piel en el caso. Semanas antes del intento de suicidio, la menor en cuestión denunció en la Comisaría de Molina de Segura los malos tratos, presuntamente a manos de su progenitora. El caso se resolvió en un juicio rápido, donde la madre salió absuelta, indicaron fuentes cercanas al caso. La menor, que entonces tenía 12 años, siguió viviendo con ella. A los días, pasó lo de la Balleza Azul.

Esta macabra práctica estaba, por aquellos tiempos, de moda. La Ballena Azul, presente en redes como Facebook o Twitter, consistía en cumplir una serie de 'retos' planteados en grupos cerrados en los que se pedía a los participantes, menores en su mayoría, que realicen una prueba cada día durante cincuenta jornadas. El reto final es quitarse la vida.

Cuando sorprendieron a las dos menores de Molina 'jugando' a esto, ya tenían cortes en los brazos. Las menores, al parecer, iban comentando a sus compañeros de clase sus intenciones de quitarse la vida. Fue un docente del centro en el que estudiaban el que dio la voz de alarma a la Policía.

Tras los informes policiales y la entrevista de las menores con psicólogos del Instituto de Medicina Legal de Murcia, la titular del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Molina de Segura daba carpetazo al asunto y archivaba el tema de los malos tratos por parte de la madre de una de ellas.

«No aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa, por cuanto existe una declaración genérica de la menor perjudicada aludiendo a presuntos malos tratos por parte de su madre, hacia ella; sin embargo, no concreta hechos ni las circunstancias en las que ocurrieron, existiendo versiones contradictorias, puesto que consta en el informe forense que la menor niega malos tratos por parte de su madre», se lee en el auto.

La madre, defendida por el letrado Álvaro Ortiz, queda así libre de culpa, ya que «concurren, además, intereses espurios, manifestados en su deseo (de la menor) de volver a vivir con su padre, por ser el mismo más permisivo que su madre», apunta la jueza.

Tiene claro el Juzgado de Molina que «la menor se ha desarrollado en un ambiente familiar desestructurado, con consumo de drogas por parte de la menor y diagnóstico de enfermedad psiquiátrica, que inducen a pensar en una intención de manipulación para la consecución de objetivos vitales que no corresponden decidir a la misma por razón de edad, por lo que procede decretar el sobreseimiento provisional de las actuaciones».

La pequeña confesó a los psicólogos, consta en el informe, que sí jugaba a la Ballena Azul, y que por culpa de su amiga no consiguió lo que pretendía: acabar quitándose la vida.