La Noria Grande de Abarán volverá a mover las aguas que discurren por este enclave del Valle de Ricote tras la restauración a la que está siendo sometida. La consejera de Turismo y Cultura en funciones, Miriam Guardiola, visitó ayer este elemento del patrimonio cultural e histórico murciano para supervisar las obras que se están llevando a cabo y que cuentan con una inversión de la Comunidad Autónoma de 55.000 euros.

Las nuevas actuaciones se están realizando a raíz del fallo que se produjo en su funcionamiento hace unos meses, al desplazarse la noria por la rotura de su eje de sujeción. Este desplazamiento hizo que los radios superiores rozaran contra las obras de fábrica, impidiendo el movimiento de giro. Durante la inspección, realizada por técnicos de la Dirección General de Bienes Culturales, se comprobó también el deterioro de las palas de madera y daños en el mecanismo metálico de la noria al haberse separado los discos interior y exterior conectados al eje.

Las norias de Abarán fueron declaradas hace un año Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Lugar de Interés Etnográfico, por parte del Gobierno regional. La declaración incluye las cuatro norias (sus acueductos y balsas) que se conservan en la zona, destacando la Noria Grande, una construcción de madera (excepto el eje y los platos metálicos) realizada en los primeros años del siglo XIX y reconstruida en 1951. Se trata de uno de los aparatos de mayor diámetro que se conservan en la actualidad, con casi 12 metros de altura, 64 palas y 128 cangilones.

La Noria Grande de Abarán se ubica en el interior de un parque en la margen izquierda del río Segura. Es uno de los símbolos emblemáticos de esta población de la Vega Alta y una atracción para todos aquellos que deseen observar de cerca su funcionamiento. Está considerada la noria más grande en activo de Europa, y una de las más longevas, ya que data de 1805.

El autor del proyecto fue Francisco Libián, aunque un siglo después se sabe que fue reconstruida, en concreto en 1915, por el mal estado en el que se encontraba. También han pervivido los nombres de los encargados de dirigir las obras, Nicomedes Caballero y José Carrasco, más conocido como ‘Rojico el Carpintero’.

La encargada de realizar los arreglos pertinentes de las norias, así como de los sistemas de regadío, fue la Comunidad de Regantes. El armazón de madera está sustentado por unos engranajes de hierro fundido, que son el motor de todo el sistema con la ayuda del agua.