La Asociación de Bordadoras Lorquinas denuncia la precaria situación por la que atraviesan, y exige que se tengan en cuenta sus derechos, que pasan, entre otras cosas, por la inclusión en el régimen general de la Seguridad Social para no seguir funcionando como «falsas autónomas». Piden asimismo la regularización del trabajo que realizan, que se reconozca la labor que desarrollan y que sus derechos sean los mismos que los de cualquier otro trabajador, algo que hasta ahora no ocurre.

El colectivo en Lorca está formado por alrededor de medio centenar de mujeres, de las que, aproximadamente 30 trabajan de forma regular en las distintas cofradías que hacen posible la Semana Santa de Lorca. Afirman que «no hay bordadoras blancas y azules», sino que forman un grupo de profesionales que ofrecen sus servicios a las cofradías que lo solicitan con el fin de realizar trabajos que luego se convierten en auténticas joyas del bordado lorquino.

Quieren dejar claro que no van en contra ni del Ayuntamiento ni mucho menos de las cofradías que las contratan, pero aseguran que una prueba de la situación por la que atraviesan desde hace décadas es la escasa remuneración económica que perciben por su trabajo.

En estos momentos cobran 5,5 euros por hora, sin un régimen general de la Seguridad Social que las ampare, sino actuando como «falsas autónomas». No obstante, reconocen que tanto desde el Ayuntamiento como desde las cofradías se está trabajando por solucionar el problema. Su objetivo está puesto en conseguir regular su situación.

Afirman que «lo que queremos es mejorar sin perjudicar a nadie y que tampoco nadie se sienta afectado en el sentido de que digamos estas cosas», añadiendo que «lo que reivindicamos es que nos regularicen como sea, al igual que quieren hacer con el colectivo de músicos, creando, si fuera posible, una escuela de bordado».

Aseguran que cuando oyen hablar del proceso que hay en marcha para declarar el bordado lorquino Patrimonio Inmaterial de la Humanidad «se nos ponen los bellos de punta», recordando la situación por la que atraviesa este colectivo, sin estar garantizado el futuro del sector al no haber personas que estén dispuestas a ello por la precariedad en la que se desenvuelven.

A todo ello, se lamentan también de no haber sido incluidas en la comisión que trabaja para la declaración del bordado lorquino como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la que sí pertenecen, por ejemplo, los directores artísticos de las cofradías. Señalan al mismo tiempo que «queremos que se reconozcan nuestros derechos» y añade que «cobrando a 5,5 euros la hora e intentando a la vez que se nos declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidadson cosas que no cuadran».

Según este colectivo, «se habla mucho de lo que hacen las niñas chinas o indias con su trabajo y nuestra situación es, prácticamente, la misma porque hacemos un trabajo de chinos, está muy mal pagado y echamos muchas horas y percibimos bajos salarios». Las reivindicaciones de las bordadoras lorquinas cuentan con el apoyo de la presidenta de la Federación de Organizaciones de Mujeres de Lorca, Pilar Fernández, quién califica de «demencial» la situación. Afirma que «no hay hombres que quieran dedicarse a esta actividad por los bajos salarios que se perciben». Considera asimismo que falta voluntad política para resolver el problema y pide que se les reconozca laboralmente al igual que ocurre con otros sectores.Las bordadoras reconocen que «en algunas cofradías trabajamos durante todo el año, sobre todo en las mayoritarias, algo que no ocurre con el resto».

Aseguran que «todo ha evolucionado durante los últimos años, mientras que este sector continúa estancado». Recuerdan que hay bordadoras que llevan hasta 40 años ejerciendo la profesión en estas condiciones y señalan que «hay subvenciones para otros colectivos, mientras que para nosotras no hay nada».