Los vecinos de Bullas se movilizaban ayer con motivo de la II Marcha reivindicativa 'Por un río vivo'. Varias decenas de personas, mayores y niños, recorrían los dos kilómetros que separan el aparcamiento del Salto del Usero hasta la Fuente de Mula para reivindicar la sostenibilidad del río Mula y su entorno en el municipio de Bullas.

La comitiva partía poco después de las nueve de la mañana presidida por una gran pancarta y con un único lema: la protección del río Mula y todo su entorno para salvaguardar la rica fauna y flora que recorre el río a su paso por el término municipal de Bullas. El ambiente era festivo y los participantes pudieron disfrutar de un agradable y caluroso día recorriendo alguno de los espacios más destacados del municipio.

A la llegada a la Fuente de Mula, que después de años seca vuelve a brotar agua, los participantes en la marcha disfrutaron de un almuerzo en convivencia para regresar nuevamente a la localidad.

En las inmediaciones de la Fuente de Mula, nacimiento natural del río Mula, tenía lugar la lectura de un manifiesto 'Por un río vivo' donde se destacaba el hecho de que la naturaleza «siga dándonos lecciones de coherencia y de lógica. Tras las lluvias de abril, la Fuente de Mula ha hecho lo que debe: fluir con abundancia, cumpliendo su misión de cauce de agua, que va repartiendo vida por donde pasa, sin distinguir pueblos ni fronteras, a todos por igual», relataban.

Del mismo modo, reivindicaban que «en cuanto la mano del hombre abrió el grifo artificial, le asestó un golpe fatal a la fuente, que no ha tenido más remedio que sucumbir a la explotación humana».

En el manifiesto explicaban que«debemos buscar una solución que satisfaga las necesidades de todos: agricultores, industriales, poblaciones ribereñas? Es posible, pero tenemos que querer todos con sinceridad y compromiso leal». Esta ha sido una de las máximas del consejo asesor de Medio Ambiente de Bullas, la sostenibilidad del río y de la economía agrícola de igual manera, buscando alternativas que puedan beneficiar a ambas.

Así, destacaban que «da igual que hagamos intervenciones para evitar la afluencia masiva de gente al Salto del Usero, que se habiliten caminos, que se instalen vallas, que se pongan medios técnicos para restaurar el bosque de ribera, que se retiren cañas, que se replanten árboles autóctonos, que favorecen la presencia de fauna autóctona, como galápagos leprosos, comunidades de pequeñas aves, barbos, serpientes de agua, ratas de agua, musarañas, caballitos del diablo? todo eso da igual si no nos concienciamos en mantener este patrimonio, que principalmente, como cualquier río sano o río vivo, necesita de un caudal de agua».

Es por este motivo por el que solicitaron a las administraciones correspondientes que se tomen las medidas oportunas para garantizar un caudal ecológico en el río durante todo el año. Que se tomen las medidas necesarias para evitar nuevas ampliaciones ilegales de regadío o cualquier otra nueva demanda de acuífero no amparada por las autorizaciones pertinentes, así como que se controle y fiscalice con rigor el uso adecuado de los pozos actualmente existentes y que extraen agua del acuífero vinculado al río Mula.