José G. G., el hombre detenido por la Benemérita acusado de prender fuego a una fumigadora y a tres tractores para defraudar al seguro, está procesado por intentar matar a su hermano pequeño allá por 2014, indicaron fuentes próximas a la investigación.

La Guardia Civil informaba esta misma semana de la operación 'Tractofire', «una investigación dirigida a esclarecer las causas del incendio que calcinó cuatro vehículos agrícolas en una finca de Yecla, que ha culminado con dos personas investigadas como presuntas autoras de los delitos de incendio intencionado, estafa, daños y simulación de delito», señalaba el Cuerpo.

Agentes civiles del equipo ROCA (contra robos en el campo) se hicieron cargo de la investigación y llevaron a cabo la correspondiente inspección técnico ocular para averiguar las causas que originaron el incendio, que calcinó la práctica totalidad de los cuatro vehículos. No tardaron en darse cuenta de que había sido un fuego provocado.

Las pesquisas llevaron al propio José G. G., el hombre que había denunciado que le habían quemado las máquinas. Resulta que tenía una deuda de 300.000 euros. Presuntamente, su idea era estafar a la aseguradora. Así que fue arrestado, junto a su hija.

Se da la circunstancia de que este mismo hombre, hace cinco años, también era empresario agrícola, entonces de Molina de Segura, y tenía un 49% de una empresa con su hermano (que poseía el 51% de la misma). Un día, el hermano de este sujeto sufrió un intento de asesinato: fue tiroteado en la puerta de su casa.

Sobrevivió. La Policía Nacional puso en marcha entonces una minuciosa investigación que llevó al entorno más directo de la víctima. Así, procedieron al arresto de José. No como presunto autor material del crimen, que quedó en tentativa, sino como inductor: los agentes tenían indicios de que este hombre había pagado a otra persona para que acabase con la vida de su pariente. Y es que, según creen los investigadores, el sospechoso «tenía numerosas deudas y problemas económicos, por lo que ideó un plan para matar a su hermano y así poder quedarse con el control de la totalidad de la empresa, obteniendo con ello liquidez de forma rápida».

Presuntamente, y tal y como cree la Policía, contrató a un sicario: un señor de Albacete con antecedentes por robos y lesiones, entre otros. Le dijo, supuestamente, dónde podía encontrar a su objetivo: dónde trabajaba, dónde vivía, a qué hora estaba en cada sitio. El supuesto sicario, a su vez, contrató, para ejecutar el plan criminal, a otro sujeto, también con numerosos antecedentes. Sería esta tercera persona la que, presuntamente, habría disparado hasta en cuatro ocasiones a la víctima en la puerta de su vivienda de una población molinense.

Este caso por el crimen frustrado aún no ha sido juzgado. La Policía Nacional logró detener a los tres, y están procesados por asesinato en grado de tentativa. En febrero de 2014 ingresaron en prisión preventiva, aunque el presunto inductor salió libre, con cargos. A la espera del juicio.