El Ayuntamiento de Lorca ha iniciado la implantación de una acción piloto en varias calles céntricas del casco histórico mediante la instalación de toldos, con el objetivo de reducir los efectos de las olas e islas de calor urbanas hasta los 10 grados de temperatura.

Para ello se crearán corredores de sombra mediante la instalación de los citados toldos en zonas comerciales y de mayor tránsito peatonal como son, entre otras, las calles Corredera, Pío XII, Alporchones y Almirante Aguilar con la intención de ampliarlo también hasta la Plaza de Colón y Avenida Juan Carlos I, según el alcalde, Fulgencio Gil.

La experiencia se llevará a cabo durante los meses de mayo, junio, julio, agosto, septiembre y hasta el 15 de octubre, durante un periodo de tres años hasta 2021 para tratar de medir la temperatura y cuantificar los beneficios obtenidos para la población y el área comercial de las calles más emblemáticas situadas en pleno casco histórico de la ciudad.

Este proyecto piloto pretende reducir los riesgos relacionados con el clima en la vida cotidiana de los vecinos mediante el descenso de la temperatura ambiente en la zona, haciendo una ciudad más agradable para los viandantes.

Una vez concluido el periodo de prueba, se podrá determinar, según el alcalde Fulgencio Gil, si la instalación de los toldos en la calle Corredera y adyacentes puede convertirse en una medida de adaptación al cambio climático que pueda adoptar el propio municipio para poder, en este caso, ampliarla a más recorridos del casco urbano.

Los trabajos se iniciaron ayer en la confluencia de la Corredera con Plaza de la Concordia tras haber finalizado los trabajos de fijación de los soportes metálicos colocados en varios edificios de la zona.

Durante el trayecto previsto ha habido varios edificios cuyas comunidades de propietarios se han negado a llevar a cabo la instalación. El alcalde confía en que al ver los resultados se sumen a la iniciativa.

Los objetivos del 'Proyecto Life Adaptate' en el que se incluye la iniciativa son, entre otros, disminuir la temperatura, y por tanto, la sensación térmica de fachadas y del pavimento que crean los microclimas en las ciudades al igual que combatir las olas de calor urbano en beneficio del cambio climático, reactivar el comercio de la zona en los meses de altas temperaturas ante la demanda de los comerciantes, disminuir el gasto en refrigeración de las viviendas y comercios de la zona y con ellos las emisiones de CO2 y la adaptación, por parte de los ayuntamientos, al cambio climático y a la subida de temperaturas que se prevé para años venideros.

El Consejo Social de la Ciudad aprobó hace unos meses por unanimidad la creación de una Mesa de Participación Ciudadana para la redacción del Plan de Adaptación al Cambio Climático 'Proyecto Life Adaptate'.