El sujeto se llama Marco Vinicio. Natural de Ecuador, residía en Torre Pacheco. Lo arrestaban ayer por la mañana en el aeródromo de Alicante cuando, presuntamente, intentaba escapar porque se le buscaba por asesinato. El de Lourdes, la mujer con la que aún convivía en el municipio pachequero, pese a que ella había manifestado su voluntad de dar por terminada una relación que, hace una década, ya acababa en los juzgados por violencia de género.

Fue la empleada de la agencia de viajes en la que el individuo compró el jueves por la mañana el billete para irse a Sudamérica la que daba la voz de alarma. Y la pista para arrestarlo. La mujer llamaba ayer por la mañana a Emergencias para explicar que Marco Vinicio había adquirido un billete para viajar a su país natal, indican fuentes cercanas. Dijo la hora a la que salía el avión y desde dónde. Por eso lo cogió la Benemérita, en el aeropuerto de El Altet (Alicante). Ya hasta había facturado la maleta. Estaba a punto de embarcar, rumbo a Madrid, para desde ahí volar hasta su Ecuador natal.

«¿Qué hiciste anoche?», le preguntaron los agentes que lo localizaron en la cola de embarque. «La he matado», respondió el sospechoso, que, además, llegó a extender las manos, para ser esposado, detallan fuentes cercanas a la investigación. Su coche fue hallado en el aparcamiento del aeropuerto. Con las llaves puestas, explican las mismas fuentes.

Desde ahí, el individuo, de 40 años de edad, fue trasladado hasta las dependencias de la Guardia Civil en la localidad alicantina de Crevillente. Ahora ha de ser puesto a disposición judicial (está previsto que pase hoy, en Elche), y será el Juzgado de Guardia quien decida su destino, que, previsiblemente, será la prisión provisional, acusado de un asesinato machista, el primero que vive la Región en el año 2019. Una vez que el juez de guardia disponga de las diligencias y del detenido podría inhibirse en favor del juzgado de San Javier, de cuyo partido depende el municipio de Torre Pacheco.

Fueron sus allegados los que dieron la voz de alarma, dado que no la localizaban. Por eso fueron a su casa, el jueves por la noche, y allí tuvo lugar el fatal descubrimiento. Lourdes era hallada muerta en su domicilio. El cuerpo estaba sobre su cama. Tenía una rosa sobre el pecho. En la pared de la habitación había un texto escrito. Ponía 'te amo'.

El cadáver de esta vecina fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le practicará la autopsia. A la espera de los informes definitivos de los forenses, los primeros indicios (no había sangre en el domicilio, por ejemplo) apuntan a que murió por asfixia, seguramente por estrangulamiento. La habría matado su ex, según sospecharon desde un principio los investigadores del Instituto Armado. La víctima, de 42 años y nacionalidad ecuatoriana al igual que el principal sospechoso, vivía en un piso de la calle Pedro Nieto de la citada población pachequera y fue encontrada sin vida por varios amigos que la echaban en falta, según las fuentes de la investigación.

«Aunque no se descartaba ninguna hipótesis, en ese instante la Guardia Civil activó el protocolo previsto para los casos de homicidio, acordonando la zona para evitar la contaminación del supuesto escenario del crimen, así como la realización de numerosas pesquisas para recabar todos los indicios posibles con el objetivo de esclarecer los hechos», apuntaron luego desde el Cuerpo, en una nota de prensa oficial.

Según detallaron luego desde la Delegación del Gobierno en Murcia, Marco Vinicio fue denunciado hace una década por violencia en el ámbito familiar por su pareja y le fue impuesta una orden de alejamiento respecto a ella, orden que expiró un año después. En aquel momento, tenía prohibido por un juez acercarse a Lourdes. Sin embargo, cuando la medida expiró, la pareja continuó con su relación, según apuntan desde su entorno.

Fuentes cercanas al caso indicaron que precisamente el hecho de que Lourdes manifestase ahora, una vez más, su deseo de cortar con todo contacto con Marco Vinicio fue lo que, presuntamente, llevó a él a optar por el crimen.

Numerosas formaciones políticas mostraron ayer su repulsa ante este asesinato. El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, que se sumó al minuto de silencio que se convocó al poco de conocerse lo ocurrido, dijo que su gobierno se dejará «la vida, la fuerza y todo» para acabar con la lacra de la violencia machista para que «esos malnacidos» que amenazan o agreden a una mujer «no encuentren un solo rincón para esconderse y paguen por lo que han hecho».

La Plaza Alcalde Pedro Jiménez, en Torre Pacheco, fue escenario ayer por la tarde de un minuto de silencio en memoria de Lourdes, la vecina asesinada. Durante el día de ayer, fueron muchas las muestras de repulsa ante el crimen, entre ellas la de la vicepresidenta de Gobierno, Carmen Calvo, que habló del «insoportable» número de mujeres asesinadas por violencia de género, que con el crimen de Torre Pacheco se elevaría a 995 desde 2003. «Lamentamos profundamente el asesinato de nuestra compatriota. Nuestro Consulado está dando seguimiento al caso y apoyo a sus familiares», dijeron desde la Embajada de Ecuador.

Allegados de la asesinada llenaban ayer el perfil de Facebook de Marco de comentarios. «Dios te hará pagar con lágrimas de sangre por lo que has hecho», decía una mujer. «Vaya donde vaya, se esconda donde se esconda, de su consciencia no podrá huir», señalaba otra persona. Comentarios que seguían después del arresto: «Ya te dieron caza, asesino, no mereces ni respirar».

El sobrino de Lourdes, Denís, confirmó ayer que ella tenía muy claro que quería poner fin a su relación con Marco Vinicio. Su familia lo sabía y le dijo que la apoyaría en todo. También relató el joven que su tía les comunicó que el individuo tenía pensado volar a Ecuador el 20 de mayo.

Se da la circunstancia de que Lourdes hace apenas un mes que había sufrido la muerte de uno de sus hijos.

Otra hija se despedía de ella en redes sociales con un emotivo mensaje: «Madre mía, cuídanos desde el cielo como lo hacías en la tierra». Incluso después del hallazgo del cuerpo, varios de sus familiares seguían dejando comentarios en el muro de la difunta. «Mami», decía, simplemente, uno de ellos. Junto a dos emoticonos llorando.