Corría el mes de julio del pasado 2018 cuando el nuevo Hotel Jardines de La Santa de Totana volvía a abrir sus puertas, después de pasar casi dos años cerrado. Asistían al acto políticos y distintas autoridades, y se explicaba entonces que las obras para acondicionar el nuevo complejo habían costado 400.000 euros. No ha pasado ni un año y el establecimiento afrontaba un revés. En concreto, en su cocina. Y es que el restaurante ha tenido tres brotes de intoxicación alimentaria en breve espacio de tiempo, confirman desde la Consejería de Salud de la Región.

El último, el pasado fin de semana, sin ir más lejos. Decenas de personas se daban cita en el establecimiento para celebrar la comida prevista, como es habitual, tras una Comunión, de las muchas que hay en mayo. Y después comenzaron a sentirse mal.

Lo que habían cogido, explican desde Salud, se llama norovirus. Resulta que un norovirus, que provoca diarreas, vómitos y dolor de estómago, es muy contagioso. Por tanto, fácilmente personas que ni acudieron a la Comunión, pero sí tuvieron contacto con quienes sí lo hicieron, acabasen enfermas. En total, apuntan desde la Consejería, hubo 40 personas afectadas. Una decena de ellas estaba especialmente mal. De ahí que la sala de Urgencias del Rafael Méndez de Lorca (el hospital que hay más cerca de Totana) registrase una especial afluencia. Desde el departamento de Manuel Villegas, en concreto, indican que fueron siete personas al hospital, pero que ninguna quedó ingresada: se les dio el alta tras ser atendidas.

A la enfermedad por norovirus frecuentemente se le llama gripe estomacal (gastroenteritis viral) o intoxicación alimentaria. Suele durar de uno a tres días.

Lo que ocurre es que este no es el primer brote que se da en el Jardines de Totana. Dado que van tres, la Consejería explicó ayer que «se procedió a la suspensión cautelar de actividad del restaurante, con la consiguiente anulación de actividades ya contratadas entre particulares y el centro de restauración».

Esta suspensión duró tres días, señalan las mismas fuentes. «Se ha vuelto a abrir, al detectarse el foco y tomar medidas», indican.

En cuanto al procedimiento a seguir, desde Salud recuerdan que «primero se notifica desde el centro sanitario al Servicio de Epidemiología de Salud Pública de la Consejería, y automáticamente al Servicio de Zoonosis y Seguridad Alimentaria, con sus inspectores, que son quienes decretan o no el cierre, vista la naturaleza de la inspección y los antecedentes». Asimismo, «Epidemiología hace una reconstrucción epidemiológica: donde se ha producido y los datos necesarios. Seguridad Alimentaria es la que hace la suspensión de la actividad», precisan las fuentes.

Para la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición «lo más adecuado es no usar guantes en la manipulación de alimentos y lavar las manos tantas veces como sea necesario».Desde Salud recuerdan que «un correcto lavado de manos es una de las maneras más eficaces de prevenir la propagación de enfermedades».

«Nuestro restaurante trabaja productos de primera calidad en el que podrá degustar platos típicos de la zona», se puede leer en la página web del establecimiento, que ayer funcionaba con normalidad, como pudo comprobar este periódico. El Hotel Jardines de la Santa, un enclave muy bonito entre las montañas de Sierra Espuña, acogía ayer distintos eventos, con gran afluencia de personas. Entre estos eventos, también había comuniones, comprobó este periódico. Esta redacción intentó ayer varias veces recabar el punto de vista del establecimiento sobre los tres días que estuvo cerrado tras las intoxicaciones, sin éxito. También se puso en contacto con la gerencia de Jardines de Lorca, del que depende el hotel de Totana. La única respuesta que obtuvo fue que nadie podía atender porque en ambos establecimientos había «muchos eventos» este fin de semana.