­La ruta nocturna por los monumentos más representativos de la ciudad de Lorca, que se llevó a cabo el pasado viernes, incluyó en su itinerario la visita a la sede del Paso Encarnado y a la iglesia de San Cristóbal. Su fachada principal y la sacristía datan del siglo XVIII mientras que la torre se reconstruyó tras la riada de 1802.

Los terremotos de 2011 hicieron mella en el templo que, al igual que otros muchos de la ciudad, tuvo que ser reconstruido. En este caso, las obras han contado con un presupuesto de 360.000 euros asumido por la Generalitat Valenciana a través de la Fundación 'Luz de la Imágenes'.

Las actuaciones han consistido en la consolidación de la estructura del templo utilizando materiales tecnológicos como la fibra de carbono para mejorar su resistencia sísmica.

Otros trabajos realizados han sido el saneado y reparación de grietas y fisuras, el refuerzo y mejora sísmica en los arcos y bóvedas de la nave central, la consolidación de los arcos y bóvedas de las capillas que presentaban daños, la recuperación de las decoraciones y el arreglo de la torre del campanario. Tras las actuaciones que se han llevado a cabo se puede hablar de un templo mucho más estable y preparado para soportar las inclemencias y problemáticas que puedan surgir a partir de ahora. Se trata de un monumento fundamental en la recuperación de Lorca tras los devastadores terremotos por cuanto supone la iglesia de San Cristóbal para la ciudad de Lorca y especialmente, para un lugar tan importante como es el barrio de San Cristóbal, que estuvo huérfano durante más de dos años al no poder utilizar la iglesia y tener que desarrollar la actividad religiosa en un espacio contiguo al templo.

La iglesia está situada en la plaza Presbítero D. José Macho, de estilo barroco (siglos XVII-XIX).En el año 1627 se documenta la construcción de alguna capilla y fue en 1651 cuando se contrató la primera fachada, hoy desaparecida, con el cantero Alonso Pérez Crespo. La fachada principal y la sacristía datan del siglo XVIII y la torre, de estilo neoclásico y remate poligonal, se reconstruyó en 1830, tras la riada de 1802.

Todo su interior tuvo que ser redecorado tras la Guerra Civil Española de 1936. Entre 1742 y 1744 se rehízo y reformó prácticamente toda la iglesia al tiempo que se hizo una nueva portada de cantería. Se trata de un templo de cruz latina con tres naves, bóveda central de cañón y capillas laterales intercomunicadas con apenas decoración. Destaca ante todo su auténtico pórtico de entrada, construido a modo de retablo y dentro de los gustos del rococó. La sacristía es única en Lorca por su curiosa planta y cúpula ochavada con cornisas quebradas.