Este domingo 17 de marzo se cumple un año sin rastro de Petra Lara, la vecina de Molina de Segura que la mañana de un sábado desapareció, sin móvil, medicación, abrigo ni gafas.

La búsqueda de Petra ha dejado una ristra de titulares, noticias y reportajes desde su desaparición. El operativo de búsqueda que se formó para encontrarla fue uno de los más grandes que se recuerda en cuanto a la localización de una persona desaparecida en la Región de Murcia.

Desde la Guardia Civil, Policía Nacional y Local hasta diferentes agrupaciones de Protección Civil de distintos municipios murcianos, junto con la ayuda de centenares de vecinos que sirvieron de apoyo en los primeros días de rastreo, fue el gran dispositivo que se formalizó en Molina de Segura para encontrar a la mujer, natural de Santiago de la Espada (Jaén) y cuya desaparición siempre se achacó a una marcha voluntaria.

Petra, contaban entonces su familiares, era retraída, algo tímida, siempre amable y tenía mucha memoria y buena orientación. Se conocía bien el entorno del río Segura a su paso por Molina, pues paseaba a menudo por ahí acompañada de su marido.

La última imagen que se tiene de ella, tras analizar grabaciones de varias cámaras de seguridad, fue en la ermita de la Consolación, junto a la carretera de acceso a las pedanías al sur de Molina.

Fue común durante las siguientes semanas y meses a su desaparición los rastreos por el río Segura por parte de la Unidad de Rescate Subacuática de Protección Civil de Cehegín y los buzos del Grupo Especial de Operaciones (GEO), y por aire con los helicópteros del Centro de Coordinación de Emergencias 112. No hubo noticia alguna ni ningún rastro sólido que se pudiera seguir.

Aquella búsqueda del primer día fue un hecho muy recordado durante este tiempo en el municipio de Molina de Segura, ya que hasta 150 personas participaron en ese operativo de búsqueda coordinado por Protección Civil, e incluso llegaron tantos vehículos de los distintos cuerpos participantes en la búsqueda que se tuvo que cortar al tráfico la avenida de Madrid de la localidad y la cochera de la Policía Local de Molina se quedó pequeña.

Los refuerzos, entonces, llegaron desde Albudeite, Alcantarilla, Murcia, Caravaca, Totana, Lorquí, Aledo, Ceutí, Bullas, El Palmar, Campos del Río, Calasparra, Cartagena o Cehegín, entre otros.

A día de hoy, un año después de su desaparición, el sitio donde pueda estar Petra sigue siendo un misterio.